El fútbol argentino y sudamericano ya perdió la final de la Libertadores

El presidente de River está en contra de jugar la final en Madrid

El presidente de River está en contra de jugar la final en Madrid / AFP

César L. Menotti

César L. Menotti

La final de la Copa Libertadores en Madrid le hace mucho daño al fútbol  argentino y al fútbol  sudamericano. Es llamativo que la CONMEBOL no lo haya advertido y no haya defendido la opción de que se jugase como estaba previsto en el Estadio Monumental.  Pase lo que pase, me duele mucho. Tengo una concepción del fútbol que por más de que se haya transformado en el mundo de los grandes negocios, creo que la historia del Superclásico se construyó gracias a los jugadores, los hinchas y los escenarios en los que jugaron los grandes partidos. Era una obligación que el partido de vuelta se jugase en la cancha de River. 

Esto es como si mañana juegan el Barcelona y el Madrid, y un socio le tira un vaso de cerveza a a uno de los equipos y suspenden el partido, y el partido termina disputándose en Dubai. Hay 60.000personas que estuvieron en la cancha que no tienen ninguna responsabilidad en los incidentes que ocurrieron fuera del estadio contra autocar de Boca Juniors. 

Realmente no salgo de la conmoción que representa que esta final histórica no se juegue en nuestro país, teniendo incluso como antecedente que el primer partido se disputó en cancha de Boca, en la Bombonera con total tranquilidad. Diez vándalos que tiraron piedras no pueden descalificar a 40 millones de argentinos. No correspondía jugar en Madrid.

Vengo sosteniendo desde hace muchos años que el fútbol argentino debe recomponer sus intenciones y fortificar la relación de los futbolistas con sus hinchas. Deben los jugadores ser leales al competir. Los partidos se juegan, se ganan y se pierden en una cancha. Así como no me gustó que le dieran por perdido el partido a Boca faltando 45 minutos por el incidente del gas pimienta en la Bombonera, no me gusta nada que le hayan quitado a River la posibilidad de jugar la final en su estadio, cuando era lo que correspondía por reglamento. Tampoco es que no suceda en Europa que agredan a los autocares que transportan los equipos. Incluso me sucedió a mí en la previa de un derbi Barcelona-Espanyol. 

Después de lo ocurrido, la seguridad se podía debatir y mejorar. En Argentina se celebró el G-20 sin ningún incidente. Entonces la conclusión a la que llego es que este partido pertenece no al mundo del fútbol, sino a los grandes negocios, la especulación y las relaciones internacionales. Porque las relaciones profundas, los pilares sobre los que se sostienen los equipos, están basados en la relación entre los futbolistas y su hinchada. 

No tengo relación con los presidentes de River y de Boca, pero en un país serio este partido se juega en la cancha de River. Y los dos equipos debieron unirse contra para lograrlo. Cuando pienso que hubo hinchas que vinieron del interior del pais, e incluso del exterior. Que llegaron por la mañana a la cancha, que pasaron horas en el Monumental esperando la decisión de si se jugaba el sábado o no, que finalmente el domingo, y al final tampoco. ¿Por qué maltratarlos de esa manera? Y ahora se juega en Madrid, una falta de respeto absoluta.

Espero también que si hubo excesiva simulación de los futbolistas, se condene si hay pruebas. Este partido le pertenecía a la gente y se la apropiaron los hombres de negocios. Es un atentado al hincha de fútbol y me hace daño. Así como no me gustan los matones de tribuna, tampoco me gustan los de escritorio. 

El fútbol es un juego que exige picardía. Pero cuidado: picardía no es trampa. Si juego al póker y hago un engaño es una cosa. Si escondo una carta soy un tramposo. Tengo un odio especial por los tramposos. Y esta idea de llevar la final de la Libertadores a Madrid me huele a trampa. Si están involucrados los jugadores también les digo: el fútbol está respaldado por la dignidad de las personas. 

En Argentina los clubes son Sociedades Civiles y tienen responsabilidades,y compromisos con sus socios y cumplen con un montón de obligaciones. Las están manejando como si fuesen sociedades anónimas. River y Boca son sociedades sin fines de lucro que tienen una profunda responsabilidad en la organización de los partidos para darle confort y seguridad a sus socios. ¿Le dan algo de esto en este partido? Los 60.000 hinchas de River que pagaron su entrada no podrán viajar a Madrid. Esa relación entre el hincha y los futbolistas que sostiene la representatividad de los clubes fue maltratada por los hombres de negocios. Y este partido ya no tiene la naturaleza de lo que era: una final histórica, entre los dos equipos más grandes del futbol argentino.