Fueron dos y... pudieron ser seis

Sergi Roberto abraza a Ousmane Dembélé en el 0-1

Sergi Roberto abraza a Ousmane Dembélé en el 0-1 / AFP

Albert Masnou

Albert Masnou

 Fueron dos goles, aunque pudieron ser cinco. O seis. El Barcelona se sacó la espina en Turín de la decepción del clásico con un partidazo en una competición en la que el VAR sí es justo, capaz de anular tres goles a Morata por fuera de juego. Esto en LaLiga no pasa, empeñada en facilitarle el camino al Madrid hasta quien sabe cuándo.

Brillante triunfo del Barça contra una Juventus que no se parece en nada a lo que fue, blanda en defensa y sin peligro en ataque. El triunfo tiene sus consecuencias porque dados los resultados de la jornada, es líder destacado con lo que el propósito de ser primero de grupo está encarado.

A favor del Barça están las numerosas ocasiones creadas; en contra la mala suerte en los metros finales donde Griezmann sigue sin estrenarse (un palo ayer) y Messi tampoco está fino o sin esa dosis de suerte necesaria. Lleva tres goles, los tres de penalties, una situación anormal que acabará pronto pues el nivel de implicación es elevado. Destacar que el Barça no cayó tras el descanso y el dominio mostrado en todo el partido fue apabullante.