La frustración de los abogados de Rosell

Bartomeu y Sandro Rosell, saludándose en el funeral de Agustí Montal

Bartomeu y Sandro Rosell, saludándose en el funeral de Agustí Montal / sport

Joan Vehils

Joan Vehils

Pau Molins es un reconocido abogado catalán que atesora un envidiable currículum en casos sonados. Por su despacho han pasado la Infanta Cristina, Artur Mas o Fèlix Millet. Sin embargo, nunca se había encontrado un caso como el que le ocupa estos últimos ocho meses. Casi nueve. Me refiero a la defensa del que fuera presidente del Barça, Sandro Rosell.

Digo esto, porque este martes, el directivo del FC Barcelona, Pau Vilanova, el cocinero, Jordi Jacas y el expresidente de la Federación Catalana de Fútbol, Jordi Roche convocaron en el club Churchill, que preside este último, a un grupo de amigos de Sandro y a algunos abogados, empresarios y periodistas. El motivo era que Pau Molins explicara la actual situación del expresidente del Barça y el cambio de estrategia de la defensa. Vilanova, Jacas y Roche que remarcaron que solo actuaban como amigos de Rosell ejercieron de anfitriones en uno de los pocos locales de Barcelona en el que fumar no está prohibido. 

Pues eso, que Pau Molins, que salió expreso del hospital tras padecer un cólico nefrítico pero que como a todo buen rockero le va la marcha, explicó con pelos y señales la triste situación que está sufriendo Rosell.

“Está hecho caldo”, afirmó Molins. “Casi nueve meses en la prisión de Soto de Real es muy duro y más cuando no existen argumentos justificados para seguir privándole de la libertad. No hay ninguna explicación desde el mundo del derecho. Es frustrante”, alegaba Molins.

Por eso, a partir de ahora, cambiarán la estrategia. No van a pedir más su libertad, solicitarán su traslado a una prisión de Catalunya e intentarán mediatizar el caso. “Todo está pactado con Sandro. Quizá, ahora que no pedimos su libertad, nos la concedan...”.

Tanto Molins como el abogado de su despacho que también lleva el caso, Diego Maluenda se resisten a pensar que la juez Carmen Lamela actué influenciada por lo que está ocurriendo en Catalunya aunque esa opinión no la compartían alguno de los allí presentes. Es verdad que ‘el procés’ no les beneficia pero lo injusto de la situación, como explicó el prestigioso abogado penalista Carles Monguilod, es que en este caso parece que no se respeta el derecho fundamental de cualquier persona a ser tratado como inocente hasta que se demuestre lo contrario.

Procés al margen, la única explicación que encuentra Molins es el papel que está jugando EE.UU., el FBI y la CIA. “Desde Estados Unidos le están investigando pero mantenerlo en la cárcel es una incongruencia. Parece absurdo que le niegen la condicional por miedo a que se fugue. Su mujer, sus hijas, sus padres y sus hermanos viven en Barcelona y tiene todas las cuentas embargadas... Todo está plagado de incongruencias”, repitió en más de una ocasión Molins.

En fin, que tras escuchar de primera mano a los abogados parece una barbaridad que una persona esté casi nueve meses en prisión preventiva por una presunta estafa entre dos entes privados y, además, sin un perjudicado que reclame nada. 

Por eso, el objetivo de la defensa es que el juicio se celebre cuanto antes y, a poder ser, en Barcelona. “No tengo ninguna duda que en un tribunal neutral será absuelto”. 

Un apunte final. La media de los casos de prisión preventiva en España por temas económicos es de unos tres meses. Si los acusados son mediáticos puede llegar a ocho y solo personajes como Bárcenas o ‘El Bigotes’ han llegado a dos años de cárcel pero ellos sí que malversaron fondos públicos. 

Ahh!!! Fue dramático escuchar en las condiciones que vive Rosell y el resto de presos en Soto del Real. Lo explicó el abogado, Jordi Pina. “Pasan un frío polar, solo tienen dos horas de calefacción al día, están mal alimentados, los servicios médicos son escasos, les tienen prohibido relacionarse con otros presos catalanes, les censuran el correo...”. O sea, que tratan por igual a un asesino confeso que a un presunto defraudador...

Respecto al cambio de estrategia, el periodista de este diario, Ivan Sanantonio preguntó si pedirán al Barça y a Bartomeu que también se pronuncien públicamente sobre el caso. Hubo un silencio. Fue la única cuestión que pilló al convaleciente Molins con el paso cambiado. “Tendremos que estudiarlo”. Y así acabó una cena con algunos puros, pocas copas y con más de una lágrima...

bartomeu tendrá que mojarse...

El presidente Bartomeu también está padeciendo la situación de Rosell como el resto de familiares y amigos. Curiosamente, el mismo día de la cena en el Churchill, Bartomeu cumplía 55 años. El aniversario lo pasó en familia pero en más de una ocasión lo había celebrado con el propio Sandro...

A partir de ahora, con la nueva estrategia de mantener el caso de manera más mediática seguro que más pronto que tarde a 

Bartomeu le preguntarán su opinión. Y, como amigo y como presidente, estará obligado a mojarse.