Del fracaso de la Champions a la decepción de la Europa League

Auba no vio portería

Auba no vio portería / JAVI FERRÁNDIZ

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

No superar la fase de grupos de la Champions fue un fracaso. Un tremendo fracaso. Caer eliminados en los cuartos de final de la Europa League es una decepción. Una enorme decepción. El desastre continental del Barça se consumó este jueves con una dolorosa e inesperada derrota ante el Eintracht en el Camp Nou.

Los blaugranas fueron claramente superados, otra vez, por los alemanes y dijeron adiós a una competición en la que partian, teóricamente, como favoritos para ganar el título. Pero tanto en Frankfurt como en Barcelona, los germanos se mostraron muy superiores al equipo de Xavi, que ya lleva demasiados días mostrando signos de flaqueza. Este Barça se parece muy poco al Barça que goleó al Madrid en el Bernabéu. Es un Barça fatigado física y mentalmente. Un Barça lento y previsible que sufre un apagón futbolístico preocupante.

Anoche, el Eintracht ganó 2-3 sin sentir el peligro de un Barça que tenía que salir a ganar pero que en ningún momento se mostró capacitado para hacerlo. Sin Champions y sin Europa League, los blaugranas ahora solo pueden agarrarse al milagro imposible de la Liga, donde la ventaja del Madrid se antoja insalvable. Todo apunta, pues, a una temporada en blanco. Era lo previsto en un año de transición para un club convulsionado por la triple crisis deportiva, económica e institucional. La llegada de Xavi devolvió la ilusión a los culés. Pero la realidad es la que es. A este equipo le falta mucho para ser campeón. Y necesita, sobre todo, fichar un crack que lidere el nuevo proyecto. 

¡QUÉ DAÑO HIZO GUARDIOLA!

Guardiola es el mejor entrenador de la historia del Barça. Y en Madrid siguen sin perdonarle todo lo que ganó como técnico blaugrana. Aquellos 14 títulos en cuatro temporadas (entre ellos tres Ligas y dos Champions) representaron la excelencia de un equipo inigualable. Un Barça que conquistó el Bernabéu y marcó una época con su estilo. El discurso futbolístico de Pep sentó cátedra y eso provocó la animadversión de una caverna mediática que, diez años después, sigue destilando bilis contra el entrenador catalán. Guardiola es odiado por lo que dice y por cómo lo dice. Lo mismo que le sucede a Xavi. Sus declaraciones sobre la exigencia del Barça ("Aquí hay que ganar y jugar bien. Es el club más complicado del mundo") han provocado la respuesta histérica de todo el madridismo. Del más rancio al supuestamente moderno como el de Valdano. Guardiola generó y sigue generando rechazo en Madrid. Xavi se ha convertido en su mejor alumno. Porque hablan el mismo idioma. El idioma del barcelonismo desacomplejado