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El nuevo patrocinador del Atlético de Madrid aportará 42 millones al año

El nuevo patrocinador del Atlético de Madrid aportará 42 millones al año / Twitter: @Atleti

Carme Barceló

Carme Barceló

Hasta aquí. Eso es lo que ha transmitido el Atleti vía ‘off the record publicable’ -la evolución del periodismo, enésimo capítulo- sobre el asunto del pasillo al campeón de Liga. Vaya por delante que, personalmente, me parece que reconocerlo en un acto que apenas dura treinta segundos y te posiciona en el podio de los valores del deportes es un punto a favor.

Pero también comprendo a esa pléyade de atléticos que están hartos de sufrir, de ser objeto de ‘memes’ ayer, hoy y mañana y de apechugar con una temporada nefasta que lejos queda del que fue el anterior campeón. El contexto casi siempre marca y reescribe la historia de forma puntual. El titular de las ‘glorias deportivas’ se bajó del pedestal y vivió un año en blanco en el que subió a los altares el rival capitalino.

Simeone se alzó con un título de Liga que no ha sabido defender y al que muchos superon silenciar. Los de Ancelotti ya están de vuelta de Cibeles y esperan en La Castellana que el Manchester City se vea arrastrado por la magia y la épica del Santiago Bernabeu. No sé si a la afición blanca le pone más darle cera al Atlético de Madrid o apear al culé Guardiola de la Champions.

Lo que está muy claro es que gestionan la comunicación y los altavoces como nadie y han ninguneado a la par que criticado el ‘no pasillo’ de los jugadores rojiblancos en las comparecencias previas al partido de hoy. Ya son campeones de Liga y se la trae al pairo que el Atleti hable de escarnio y humillación. Vayan pasando, señores, que tenemos mejores cosas que hacer.

¿Recuerdan las obras de los baños del Bernabeu? Aquellas que cerraron la puerta a la celebración de una final de Copa en la que participaba el FC Barcelona. El mismo que en marzo se marcó un 0-4 en el feudo madridista que, a la postre, solo ha servido para disfrutarlo de forma puntual e incorporarlo a la historia blaugrana. Como ese 2-6 que vivió Pep en sus carnes como técnico culé y que el barcelonismo enarbola con toda la razón.

A Florentino no le gusta nada Guardiola. Ni dentro ni fuera del campo. Y ha dictado un relato de la derrota en Manchester que merece un Pulitzer. Mucho tienen que aprender en las oficinas ‘colchoneras’ del presidente del Real Madrid. A afinar la pluma y a hacer reformas en el pasillo. Quizá el Manchster City ponga al arquitecto en su sitio y les eche un cable en las obras.