Florentino cede poder para lograr sobrevivir

Florentino Pérez, durante su comparecencia

Florentino Pérez, durante su comparecencia / EFE

Ernest Folch

Ernest Folch

Confirmado: siempre queda algún conejo en la chistera de Florentino Pérez. El presidente del Real Madrid gastó ayer la que puede ser su última vida con el espectacular retorno de Zinedine Zidane, un giro de guion que le da exactamente lo que pretendía: estabilidad y protección. Todavía no se sabe exactamente qué gana ‘Zizou’ enfangándose en volver al club del que se fue por razones que, todas ellas, siguen vigentes o incluso agravadas. En cambio, se sabe de manera muy precisa qué gana Florentino con el golpe de efecto: llegar al próximo partido del Bernabéu con su nuevo y precioso paraguas, que una vez más le protegerá de las iras (más que justificadas) del respetable. 

Florentino compra un salvoconducto a un precio de oro porque, por primera vez y para poder salvarse, debe ceder poder real al que será el nuevo hombre fuerte del Real Madrid, que llega con el mayor mando en plaza jamás cosechado por un entrenador blanco. Al final esta es la factura que ha tenido que pagar Florentino para salvar su cabeza y no ser señalado como lo que es: el principal responsable del desastre de la última temporada, el director deportivo que fue incapaz de sustituir a Cristiano, el presidente que perdió el control de la nave y llegó a enfrentarse con el mismísimo capitán.

La rueda de prensa conjunta era un cruel reflejo del estado del Real Madrid. Florentino evitó las preguntas y se limitó a leer burocráticamente un comunicado con un tono bajo que no casaba con las palabras que le habían escrito, y Zidane se limitó a transmitir su ilusión y profesionalidad con frialdad a preguntas que en realidad eran para un presidente del que todavía no sabemos qué piensa del esperpento que ha vivido la entidad en las últimas semanas. Y es que pocas veces se había visto un Real Madrid así, transformado en un continuo club de la comedia: a pocas horas del anuncio, el madridismo asistía atónito al último capítulo del vodevil blanco, una autoentrevista en Twitter de Sergio Ramos, síntoma del nivel delirante al cual había llegado la crisis del Real Madrid. 

Sin duda, la contratación de Zidane es un cortafuegos, que permite al presidente ganar tiempo y protegerse. Pero le tocará ceder terreno. Ayer asistimos con toda probabilidad al primer día de una nueva etapa de una presidencia que consiste exactamente en eso: la gestión y conservación del poder. Un detalle que no debería pasar inadvertido: Florentino evitó la foto a solas con Zidane, y solo permitió la foto colectiva con una junta invisible hasta la fecha. Nada es casual.