Opinión

Flick, en manos de Dani Olmo

El segundo año será más difícil que el primero y el egarense será clave para el entrenador

Hansi Flick y Dani Olmo, en el Barça

Hansi Flick y Dani Olmo, en el Barça / EFE

Dani Olmo, esta temporada, es pedirle a Sven Vath que ponga la última y que Sven Vath responda que se va para casa, que ya volverá otro día, que es muy tarde. La sesión fue guapísima, de aquellas que se guardan en el disco duro cerebral y que obligan a mirar ‘Youtube’ al día siguiente para intentar recordar sensaciones. Pero nada. No es lo mismo. Habrá que esperar a la próxima.

Flick, que es quien mejor conoce a sus jugadores, pidió un deseo hace poco en público que pasó demasiado desapercibido y que hay que recordar cada día: “Queremos que demuestre su calidad en cada partido, como Pedri”. No es una queja, sino un deseo, casi una pregaria.

El alemán stá pidiendo disfrutar de Olmo cada día, todos los días. Y no es una demanda gratuita, sin que la preceda estudio empírico que la avale, sino todo lo contrario. Hansi Flick sabe que con Pedri (es, tras Koundé, el futbolista que más minutos acumula) cada cada día, todos los días, más Olmo muy pocos centros del campo en el mundo podrían igualar la posesión que busca, que es la base del juego de su equipo.

Dani tiene mucho mérito porque, con solo 1.505 minutos (el dieciseisavo de la plantilla), ha ofrecido un recital futbolístico que, lógicamente, ha sabido a muy poco. Y ahí está el conflicto y, en el fondo, la paradoja: cuanto más juega, más riesgo existe de que menos juegue y, en cambio, cuando menos juega, más ganas hay de que juegue más. Un problema casi matemático que debe resolvierse de forma urgente para que Flick (y el barcelonismo) disfruten de Dani Olmo como lo están haciendo de Pedri

Un poco de Olmo es muchísimo

De momento, lo poco que han visto es muchísimo. La mejor prueba fue su debut ante el Rayo, pero la esencia de lo que puede ser se ve cada vez que sobrevuela el césped con su clase: diez goles y seis asistencias es una cifra descomunal para un futbolista intermitente en cuanto a presencia, lo que demuestra que eso de coger ritmo o ir ganando confianza con el paso de los partidos no va con él. Su rendimiento, como habría definido Zubizarreta, es inmediato.

Dani Olmo celebra el gol al Mallorca

Dani Olmo celebra el gol al Mallorca / Javi Ferrándiz

Y eso, para cualquier entrenador, es oro. Flick lo entendió antes que nadie, junto a Deco, en verano, cuando insistió en su fichaje porque lo prefería a la llegada de Nico Williams. Y el tiempo, junto al rendimiento de Dani Olmo, le ha dado la razón. Ahora quiere más, sabe que el equipo, cuando acabe la temporada, necesitará más. El primer año, si la base es buena, suele ser también bueno, pero lo difícil llega a partir del segundo, que es cuando todo el mundo ya empieza a conocerse de sobras. Por eso Flick, que es muy listo, necesita y necesitará a Dani Olmo cada día, todos los días. De ello depende su proyecto.