La final de la vergüenza y el milagro Courtois

Alaba, en una acción con Salah

Alaba, en una acción con Salah / EFE

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

La historia contra la leyenda. La épica contra el talento. El milagro permanente contra el fútbol total. La final de la Champions enfrentaba este sábado a dos grandes equipos. Por un lado, el Real Madrid, el club con más títulos: 13. Por el otro, el Liverpool, el símbolo de la Premier. Dos estilos muy diferentes con cuentas pendientes. El duelo del 2018 acabó con un triunfo blanco envuelto en polémica. Y aunque en 2019 los ingleses ganaron la Copa de Europa al vencer al Tottenham, todavía seguían con ganas de revancha. Anoche, el conjunto de Klopp tenía la oportunidad de resarcirse. Pero se enfrentaba a un Madrid tocado por la gracia de la diosa fortuna.

La trayectoria del equipo de Ancelotti en esta Champions solo puede calificarse de milagrosa. Las remontadas heroicas ante el PSG, el Chelsea y el Manchester City únicamente se explican desde la inexplicable mística del Bernabéu. Lo que ha hecho el Madrid no tiene ningún razonamiento futbolístico. Ha sido inferior a todos sus rivales, pero ha acabado eliminándoles con la eficacia de Courtois en la portería y el estado de gracia de Benzema en la delantera. Las paradas de uno y los goles del otro le llevaron hasta la final. Increíble pero cierto. El Madrid más mediocre de los últimos años había logrado llegar a París. Nada nuevo en la historia blanca: con muy poco han ganado mucho. Y estaban dispuestos a repetir sus gestas ante un equipo mucho más poderoso física, técnica y tácticamente. 

Y en una final marcada por la vergüenza organizativa (pudo haber una desgracia con la avalancha de los aficionados ingleses, que provocaron el inédito retraso de más de media hora), el Madrid acabó nuevamente imponiendo su fortuna. Las intervenciones milagrosas de Courtois volvieron a ser decisivas en un encuentro que dominó claramente el Liverpool pero que acabó ganando el conjunto blanco con un solitario gol de Vinicius. La historia de la Champions se escribe así. El Madrid tiene ese extraordinario don que le permite conquistar títulos casi sin quererlo y, por supuesto, sin merecerlo. Y ya van 14. Increíble pero cierto.

El peor Madrid de los últimos años, con un veteranísimo grupo de futbolistas y sin haber fichado ninguna estrella, ha sido capaz de sumar esta temporada un doblete (Liga y Copa de Europa) sorprendente. Un doble éxito que, sin duda, cuestiona la estrategia de otros clubs que han invertido millonadas en comprar cracks. Florentino Pérez tiene suerte hasta en eso...