Un fichaje propio de un equipo pequeño

Braithwaite no vestirá más la camiseta del Leganés

Braithwaite no vestirá más la camiseta del Leganés / sport

Ernest Folch

Ernest Folch

El Barça incorporará hoy a Martin Braithwaite, en una operación puente que tiene por objetivo cubrir la baja de Dembélé y volver a colocar al jugador danés en la siguiente ventana de mercado. Los números de Braithwaite (8 goles en 27 partidos con un equipo modesto) son aceptables, pero no hay nada en su trayectoria que pueda justificar a priori que el Barça se haya fijado en él. El delantero danés es un trotamundos que ha pasado por equipos como el Toulouse, Girondins o Middlesbrough, con discretas medias de goles entre 0,2 y 0,5 por partido. Los informes aseguran que es un delantero rápido y habilidoso, con capacidad de desbordar y con un recorrido amplio, pero el papel lo aguanta todo. Lo cierto es que, a pesar de que el fútbol depara a menudo sorpresas imprevisibles, se hace difícil imaginar a Braithwaite triunfando en el Barça y que pase a ser algo más que un parche o que una solución pasajera para pasar una decena de partidos. Para rematarlo, es previsible que sus minutos vayan en detrimento una vez más de la cantera, y Ansu Fati sea el primer damnificado de esta incorporación. Hay que repetirlo para creerlo porque parece casi surrealista: el Barça, el club que más factura del mundo, ha ido a fichar un delantero al Leganés, con todos los respetos que merece un club admirable, pero del que no se espera que pueda convertirse en suministrador de recursos para un gigante como el Barça.

El campo es el que dicta sentencia, pero hoy, a falta de verlo jugar, es un fichaje propio de un equipo pequeño. Básicamente porque es consecuencia de algo que nada tiene que ver con las aptitudes de la secretaría técnica y mucho con la situación que atraviesa el club. Intentar fichar un delantero competitivo en pleno febrero, a bajo precio y con la condición de que sea vendible es casi un imposible. Cuando una secretaría técnica tiene tantos condicionantes, fichar es lo más parecido a una quimera.