Un Ferrari abandonado en una granja

Las imágenes de Messi contra Croacia

Las imágenes de Messi contra Croacia / EFE / AFP

Rubén Uría

Rubén Uría

Al grano: Croacia juega a fútbol y Argentina lo intenta sin conseguirlo. Croacia es un equipo en y Argentina es Messi. Y si el diez no aparece, la albiceleste es una banda, un quiero y no puedo al que le queda el orgullo de haber sido y el dolor de ya no ser.

Necesita un milagro y no lo merece, porque ya se produjo hace meses, cuando Messi, en soledad, clasificó a una selección que no lo merecía. Sin Lio, los argentinos habrían visto esta Copa del Mundo por televisión.

Consumado el fracaso, algunos hinchas argentinos exhibirán su condición de campeones del mundo del insulto: entre cementerios de canelones, terroristas de choripanes y arruinadores de alegrías, saldrá a la superficie la triste realidad. Lo que queda de Argentina es un grupo desnortado, un conductor superado y un colectivo integrado por ilustres tenores donde cada uno canta lo que le da la gana, sin entender qué beneficia al equipo o al número diez, que juega en su equipo, pudiendo haberlo hecho para España.

Messi sufre una cadena perpetua: no tiene socios, no son capaces de encontrarle interlocutores y si nadie habla su idioma en la cancha, es como tener un Ferrari abandonado en una granja. La expectativa de Argentina y del periodismo era clara: cualquier equipo con Messi puede ganar un campeonato.

Realidad futbolística: Lionel ofrece la pelota como si fuese un diamante y le devuelven sandías. El guión de esta noche fue dramático: Enzo perdonó un gol cantado, Caballero regaló otro y Sampaoli cambió de caballo en mitad del río. Una cosa es no ayudar a Messi y otra, diferente, estorbarle.

Hace horas, un reportero entrevistó a la madre de Messi y le dijo: “Pase lo que pase estamos con su hijo”. Celia contestó desde el corazón: “¿Pase lo que pase? ¿Seguro?”. Ahora muchos querrán ‘matar’ a Messi y fusilarlo al amanecer.

En su país, por cierto, menos que en el nuestro, donde la Central Lechera, siempre de guardia, querrá hacer sangre. Buen provecho. Conmigo que no cuenten. Messi, esté bien o mal, sin Mundial o con él, podrá pasarse sentado sobre su dignidad el resto de su vida. Posdata: señores de la AFA, Simeone es feliz en Madrid.