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Opinión

Ferran Torres, un jugador imprescindible

Ferran Torres, durante un partido del Barça de esta temporada

Ferran Torres, durante un partido del Barça de esta temporada / LaLiga

Los grandes equipos, aquellos que compiten en múltiples torneos como la Liga, la Copa y la Supercopa nacionales, la Champions League, la Supercopa de Europa y, además, aportan jugadores a las selecciones absolutas y sub-21, deben contar con plantillas profundas y equilibradas. Es imprescindible tener a dos jugadores de alto nivel por posición para rendir en la élite del fútbol.

El desgaste físico, las lesiones o la acumulación de tarjetas obligan a una rotación constante. Aunque suele haber un once titular definido, las circunstancias de la temporada lo modifican, y todos los jugadores deben estar listos para competir cuando se les necesite.

Asumir un rol secundario —como suplente o titular ocasional— no es fácil. Requiere conciencia del rol, fortaleza mental, respeto por la competencia interna y, sobre todo, compromiso con el equipo. Un jugador que sabe aprovechar sus minutos, rinde al máximo y suma, acaba sintiéndose importante y disfrutando del proyecto. La ambición y el carácter ganador, bien canalizado, son clave para ello. Estar descontento o en desacuerdo con el entrenador solo perjudica al futbolista. Afecta su concentración y le impide rendir bien cuando llega la oportunidad.

Para los entrenadores, tampoco es sencillo gestionar una plantilla de 25 futbolistas, repartir minutos y mantener motivado a todo el grupo. Pero es fundamental para formar un equipo competitivo. Confiar tanto en los titulares como en los habituales suplentes es clave. En ese aspecto, Hansi Flick ha demostrado ser un especialista.

Si hay un jugador en el Barça que representa esta filosofía es Ferran Torres. Juegue como titular o desde el banquillo, siempre mantiene la misma actitud, ambición, intensidad y motivación. Su entrega contagia al grupo, especialmente a los jóvenes, y es un ejemplo de profesionalismo. No sorprende que se haya ganado un rol clave en el esquema de Flick, compitiendo con nombres como Lewandowski, Rashford, Raphinha o Lamine Yamal.

Además, su polivalencia es un activo estratégico. Puede actuar como delantero centro o extremo por ambas bandas. En punta, destaca por su velocidad, explosividad y capacidad de anticipación en el área. Genera espacios y obliga a las defensas rivales a estar atentas, gracias a su olfato goleador y capacidad de asistir —aunque aún puede mejorar en la precisión del pase final—. Como extremo izquierdo, desequilibra en carrera, entra con facilidad por dentro y tiene un buen golpeo al segundo palo con rosca. También es eficaz atacando los espacios al límite del fuera de juego.

En las primeras seis jornadas de esta Liga, el valenciano ha marcado 4 goles, colocándose como segundo máximo goleador junto a Muriqi (Mallorca), Julián Álvarez (Atlético) y Etta Eyong (Levante), todos por detrás de Mbappé (7).

Goles que pesan

Su rendimiento supera al de Oyarzabal —titular con España— y al de Morata, que aún no ha marcado y solo ha dado una asistencia con el Como. Con la selección, Ferran tiene el mejor promedio goleador entre los tres: 0,44 goles por partido, ligeramente por encima de Morata (0,43) y Oyarzabal (0,36). Acumula 22 goles en 50 partidos con la absoluta y está a uno de entrar en el top-10 histórico, empatando con Sergio Ramos y Di Stéfano. Con Luis de la Fuente aún no ha sido titular, pero cada vez que entra (habitualmente como extremo) responde con goles o asistencias.

Sus goles no solo suman, también pesan. Abren marcadores, consolidan victorias o deciden en los minutos finales. Ya lo demostró la temporada pasada y también en la actual. Marcó el segundo ante el Mallorca en un momento crítico, hizo el 1-2 ante el Levante en un partido abierto, y firmó un doblete ante el siempre incómodo Getafe. En Champions, su movimiento ante el Newcastle arrastró defensas y permitió a Rashford crear una ocasión clara.

En la pasada final de la Copa del Rey, su gol forzó la prórroga ante el Real Madrid, en la que el Barça se impuso con un tanto de Koundé. En Liga, fue clave contra el mismo rival con tres asistencias decisivas. Y en Champions, su doblete en el campo del Borussia Dortmund resolvió un encuentro dominado por los alemanes.

Desde la llegada de Flick, el de Foios suma 23 goles en 52 partidos y se ha consolidado como una pieza esencial. Más allá del terreno de juego, también destaca por su actitud en el vestuario: es positivo, une al grupo y apoya a los jóvenes. Su preparación antes de los partidos, sea titular o suplente, siempre es igual de intensa y comprometida.

Futbolistas como Ferran son diferenciales a lo largo de una temporada. Encarnan el valor del colectivo por encima de las individualidades y entienden que los títulos se consiguen jugando en equipo. Por eso, todos los entrenadores quieren tener uno así en su plantilla.