Ferran Torres, un debate tóxico

A Ferran se le pide que sea un futbolista que nunca ha sido, a pesar de estar firmando unos números de delantero top

Ferran Torres celebra su doblete ante Osasuna

Ferran Torres celebra su doblete ante Osasuna / AFP

Dídac Peyret

Dídac Peyret

La narrativa alrededor de un jugador construye estados de opinión. Con Ferran Torres hay un runrún de escepticismo que, en los peores días, se ha vuelto hate en las redes.

Con Ferran se repite un fenómeno recurrente: ajustar cuentas con nuestras expectativas. A cada valoración de su rendimiento le acompaña la muletilla del dinero que costó.

El escrutinio incluye una visión sesgada de su fútbol. Se proyecta un futbolista que nunca ha sido. El coste de su fichaje ha provocado que se den por seguras cualidades en las que no se prodiga. Ferran es un extremo, pero nunca ha sido un regateador puro. No lo fue en el Valencia y no lo fue en el City.

Guardiola lo sabía y buscó contextos que favorecieran sus mejores cualidades: estar cerca del gol y aprovechar sus movimientos sin balón.

"Es un jugador joven y puede jugar en tres posiciones al frente. Vino como extremo pero quizás debería plantearse jugar como delantero centro. Tiene intuición para saber exactamente adónde irá la pelota. Cada vez que juega en esa posición tiene sentido del gol, un sentido real del gol”.

Al Ferran le ha perjudicado el relato que acompaña a los extremos del Barça. De ellos se espera continuidad en el uno contra uno. Lo hemos visto esta temporada con perfiles como Dembélé, Adama, Abde o incluso Ilias. O en el pasado con jugadores como Neymar o Figo.

Pero Ferran Torres es otra cosa. Es un facilitador. Un futbolista que mejora a sus compañeros. Un delantero que crea sociedades con sus movimientos. Un extremo que tiene entre sus mejores cualidades el desmarque en ruptura, un aspecto que el Barça ha echado de menos los últimos años.

Cualquiera que haya jugado a fútbol conoce la diferencia entre un compañero que la quiere al pie o a uno que se mueve constantemente. Su aportación recuerda, en este sentido, a la de Pedro en el Barça de Messi. Con el canario también comparte una relación especial con el gol, su carácter competitivo y el trabajo defensivo de los delanteros modernos.

Ferran ha producido 13 goles en 22 partidos y lo ha hecho jugando sobre todo de extremo izquierdo, una posición que no es la suya. 7 tantos y 6 asistencias, unos números que están por encima de los fichajes más rutilantes de invierno.

Luis Díaz (45 millones, Liverpool) acumula 5 goles y 3 asistencias en 21 partidos. Vlahovic (80 millones, Juventus) está con 7 goles y 2 asistencias en 17 partidos. Las cifras de Ferran desmienten que sea un jugador de intangibles. Su impacto en el Barça ha sido de jugador top, a pesar de que haya bajado su rendimiento en las últimas semanas.

Xavi es el primero que sostiene que ha sido el mejor fichaje de la temporada y que es un futbolista estructural de su proyecto. Con 22 años, el Barça no solo invirtió en el Ferran Torres actual, también en el jugador que puede llegar a ser.