"Ferran Reverter se ha rendido"

Ferran Reverter y Joan Laporta

Ferran Reverter y Joan Laporta / Valentí Enrich

Toni Frieros

Toni Frieros

En el divorcio Joan Laporta/Ferran Reverter no ha habido vencedores ni vencidos. Si alguien ha perdido, sin duda, ha sido el FC Barcelona. La imagen del club, una vez más, se ha visto afectada porque es muy difícil admitir y entender que el constructor del nuevo Plan Estratégico haya dejado el edificio a medio construir... solo ocho meses después de haber llegado con cierta ‘pompa’.

Simplificar esa abrupta ruptura argumentando que ha sido porque uno quería implementar el ‘modelo’ Bayern Munich y el otro no, es quedarse colgado de la punta de un iceberg. Me creo mucho más el comentario de un conocedor de los hechos: “Reverter se ha rendido”. Efectivamente, su adiós ha sido como consecuencia de la suma de muchas decisiones con las que Reverter no estaba de acuerdo y tienen mucho que ver, sí, con la forma de actuar de Joan Laporta y de entender/conducir el club. Una cosa muy diferente, y que debemos preguntarnos, es: ¿debe tener la renuncia del CEO de un club de fútbol, aunque sea el Barça, tanta repercusión mediática? Si comparamos a Reverter con sus predecesores, la pregunta se responde por sí sola.

Sin entrar a valorar quién tiene más razón o menos, debo romper una lanza a favor de Laporta y de su Junta Directiva. De esta… y de todas las anteriores. A mí tampoco me han gustado algunas de sus actuaciones y decisiones, pero Laporta nunca ha engañado a nadie a la hora de referirse a la gestión del FC Barcelona. Ya avisó en la campaña electoral, y quienes le conocemos desde antes de 2003 ya sabemos qué personalidad tiene: “Ejerceré un liderazgo fuerte”, dijo en repetidas ocasiones. Y eso, como siempre suele suceder, tiene sus cosas buenas y sus cosas malas. Y mucho más cuando el hombre de confianza del presidente no es su CEO, sino un reducidísimo grupo de directivos y los miembros de su gabinete.

Miren, nos guste más o nos guste menos, y mientras los Estatutos del FC Barcelona sean los que son, toda, absolutamente toda la responsabilidad a la hora de tomar decisiones recae sobre la junta directiva y el presidente. Es decir, el CEO y los ejecutivos trabajan, buscan, se reúnen, construyen equipos, pero ellos proponen, no deciden. Y aquí no puede haber choque de trenes. No cruzar esa línea roja es absolutamente vital para tener una buena convivencia… de la misma forma que el presidente y sus directivos tienen que respetar la capacidad de criterio del CEO a la hora de elegir a sus ejecutivos y hacer cumplir el Plan Estratégico. Y es aquí donde, al parece, sí ha habido importantes injerencias. No ha habido ‘separación’ de poderes.

Cuesta creer que el hombre que convenció a Joan Laporta con argumentos de sostenibilidad económica para que no renovara a Leo Messi y no firmara el acuerdo con CVC, dos decisiones absolutamente estratégicas y de gran calado, salte del barco. Ahora el FC Barcelona debe acertar con la contratación de su nuevo CEO… y este debe saber dónde se mete.