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Opinión | FC Barcelona

Fermín López y Dani Olmo, dos caras de un mismo Barça

Flick tiene la gran suerte de contar con dos futbolistas distintos que profesan la misma filosofía

Hansi Flick y Fermín, sobre el partido contra el Valencia

Hansi Flick y Fermín, sobre el partido contra el Valencia / FC Barcelona

Competir al máximo nivel en varias competiciones exige más que talento: requiere plantillas largas, equilibradas y con alternativas de calidad en cada posición. Para un club como el FC Barcelona, donde gran parte de los jugadores acumulan minutos tanto en el equipo como en sus selecciones, disponer de dos futbolistas por puesto es casi una obligación para sostener el rendimiento a lo largo de la temporada.

Hansi Flick en el partido ante el Newcastle.

Flick disfrutó de una gran actuación del Barça ante el Newcastle / Valentí Enrich

En ese contexto, Hansi Flick cuenta con un recurso privilegiado: Fermin López y Dani Olmo. Dos mediapuntas formados en La Masia, internacionales con España y con capacidad para cambiar partidos, ya sea como titulares o saliendo desde el banquillo. Dos jugadores similares en calidad técnica y mentalidad, pero con estilos diferentes que le permiten al entrenador alemán variar el plan ofensivo sin alterar el sistema de juego.

Un rol decisivo: el mediapunta

El puesto de mediapunta, entre líneas, exige jugar en espacios reducidos, casi siempre de espaldas a portería, con velocidad mental y precisión para asociarse o finalizar. En la tradición azulgrana, nombres como Bakero en el 'Dream Team' de Cruyff marcaron época en esa posición. Hoy, el Barça encuentra en Fermín y Olmo dos perfiles capaces de adaptarse a las necesidades de cada partido.

José Mari Bakero (1994-1996)

José Mari Bakero (1994-1996) / Agencias/FCB

Dani Olmo: pausa, lectura y asociación

Olmo es un mediapunta más posicional. Se mueve en un radio corto, busca asociarse en espacios reducidos y destaca por su juego al primer toque, con una notable capacidad de leer movimientos de los delanteros y lanzar pases precisos a la espalda de las defensas. Su implicación en las transiciones defensivas es total, contagiando al equipo con actitud solidaria. En ataque, garantiza control y elaboración: sabe cuándo acelerar y cuándo poner pausa.

Fermin López: movilidad, energía y verticalidad

Fermín, en cambio, aporta más movilidad y agresividad. Cae a las bandas, juega de cara a portería y se atreve con disparos desde media distancia. Su hambre competitiva le lleva a arriesgar más en la finalización, pero también a inyectar energía cuando entra desde el banquillo. Conducciones verticales, cambios de ritmo y presión intensa lo convierten en un agitador de partidos, difícil de controlar por defensas rivales.

Una riqueza táctica para Flick

Con ambos, Flick dispone de una paleta variada: más posesión y control con Olmo; más ritmo, verticalidad y desborde con Fermín. En ocasiones, incluso los ha alineado juntos, logrando una sintonía que multiplica recursos en ataque. El ejemplo reciente contra el Valencia es ilustrativo: Fermín fue titular y marcó dos goles, mientras que Olmo, entrando en el minuto 68, asistió a Lewandowski para redondear la victoria. Al final, ambos celebraron abrazados, demostrando que la competencia interna se convierte en motor colectivo.

El Barça encuentra así en Fermín y Olmo no solo talento individual, sino la posibilidad de alternar estilos de juego según el rival o el momento del partido. Para Flick, tener dos jugadores distintos en una misma posición es una ventaja estratégica; para el equipo, un paso necesario en el camino hacia volver a ser campeón.