La fecha que el Barça tiene marcada en rojo

Pjanic, cada vez más cerca del Barça

Pjanic, cada vez más cerca del Barça / sport

Ernest Folch

Ernest Folch

Nadie podrá reprocharle al Barça falta de actividad o apatía en el mercado de fichajes. Los resultados se juzgarán cuando se cierre el ejercicio y se empiece a ver su eficacia en el terreno de juego, pero de momento es remarcable la actividad que transmiten las oficinas del club. En estos momentos hay dos operaciones abiertas de gran envergadura y que implican al menos a seis jugadores. La primera y la fundamental es el fichaje de Lautaro, pieza fundamental para reforzar la debilitada delantera blaugrana, y apuesta indudable para regenerar y rejuvenecer la plantilla. Como explicó ayer SPORT, hay una negociación avanzada para un trueque múltiple, en el que estaría como mínimo Arturo Vidal, y en la que podría entrar también Semedo de rebote. La segunda operación es la que implica a Pjanic y De Sciglio por la Juve y Todibo y otro futbolista por parte del Barça. Más allá de cómo terminen, las dos operaciones certifican la actividad frenética de la secretaría técnica del Barça y el cambio de cultura radical en un mercado en el que los trueques se hacen necesarios para rebajar la cantidad de dinero en efectivo. Ciertamente, los técnicos del Barça trabajan para reforzar y renovar la plantilla, pero no todas las razones de este dinamismo son deportivas. Hay también una potente razón económica: el club quiere tener reducida la masa salarial y unos números lo más aseados posible antes del 30 de junio, la fecha marca en rojo en el calendario en la que todos los clubes deberán cerrar su ejercicio. Como ya ocurrió el pasado año con el trueque Cillessen-Neto, los intercambios de jugadores permitirán al Barça cuadrar sus cuentas de resultados sin tener que recurrir al desembolso de dinero. La clave es el valor contable que se atribuirá a estos jugadores en el balance. Guste o no, se impone una nueva manera de fichar y una nueva manera de contabilizar.