Los siete magníficos

Los siete magníficos Siete jugadores cumplían con una tradición que ya no existe: los futbolistas del Barça que se convertían en internacionales con la selección española colgaban un retrato suyo en una sala del Camp Nou, anexa a la antigua sala de prensa. Julio Salinas, Begiristain, Serna, Soler, Eusebio, López Rekarte y Bakero lo hicieron en febrero de 1989, ante la atenta mirada de Johan Cruyff.

Fue el holandés quien había apostado por ellos esa temporada, cuando asumió las riendas del equipo. En aquella plantilla, lo raro era no ser internacional. Zubizarreta, Julio Alberto, Salva, Migueli, Alexanko, Carrasco y Roberto también lo eran. Lineker y Aloisio también jugaban con sus selecciones. Solo faltaban Valverde, Amor, Milla, Unzué, Sergi y Urbano.