FC Palancas

Lewandowski ante los jugadores del Rayo Vallecano

Lewandowski ante los jugadores del Rayo Vallecano / EFE

Rubén Uría

Rubén Uría

'Fútbol Club Palancas’. Ese fue el ‘trending topic’ del verano, después del río de millones invertido. Curiosamente y con sorna, ese también fue el ‘TT’ tras el decepcionante debut liguero. Primera conclusión: pretemporada con arranque de caballo andaluz, debut con parada de burro manchego.

Segunda conclusión: no existen palancas para ganar. Por más que cuatro tuiteros y niños-rata vendan lo contrario, las pretemporadas no sirven para nada, por más que se especule con tripletes y sextetes. Tercera conclusión: este Barça está en construcción, tiene plantilla pero aún no tiene equipo. El fútbol no es una sopa instantánea. Cuarta conclusión: cada partido que este Barça no gane, hará feliz a las dos ‘cavernas’.

La de Madrid, que festejará cada pinchazo, como es lógico, tras un verano donde se pregunta cómo es posible que el Barça haya inscrito a casi todos sus fichajes y ellos sigan sin poder inscribir a Mbappé. La segunda ‘caverna’ es el entorno tóxico del Barça, que anoche salió repentinamente de la cueva para volver a enseñar la patita. Un Barça, dos ‘cavernas’.

Quinta conclusión: el empate sin goles volvió a demostrar que existe un código ético de geometría variable para tuiteros de sangre caliente y francotiradores mediáticos.

Afloraron las fobias facilonas de siempre: que a Xavi le viene grande el cargo (las ‘viudas’ de Koeman aún están de luto); que Ter Stegen volvió a ser un héroe (cuando no para es ‘Ter Statuen’); que Busquets ya no está para estos trotes (sigue siendo el mejor mediocentro de la plantilla); que hay que ‘matar’ y jubilar a Jordi Alba (que no cuenta chistes ni tiene ‘Twitch’, pero que fue, es y sigue siendo el mejor lateral de la historia del club y de la selección); que Dembélé no decide partidos (¿por eso le renovaron y fue el mejor en pretemporada?); que Raphinha no vale lo pagado (¿qué tal un poco de paciencia?); que Araujo no es lateral (en verano era una ‘bestia’ y ahora es ‘Campanilla’); que De Jong no se tiene que ir porque hizo 30 minutos buenos (fantástico jugador, nunca diferencial); y que Gavi no es para tanto (para morirse de risa). Blancos fáciles.

Lo difícil es reconocer que algunos habían puesto a enfriar el cava antes de tiempo y que las pretemporadas no sirven para nada. O reconocer que ‘no Pedri, no party’. O que ni antes eran todos tan buenos, ni ahora todos son tan malos.

Los falsos profetas se aferran al chascarrillo del ‘FC Palancas’ como a un clavo ardiendo. No dan para más. Al Barça se le pide otra cosa. Enterrar la superioridad moral, dejarse de tripletes, construir un equipo, jugar bien y acordarse de Luis Aragonés. Ya saben: “El fútbol es ganar, ganar y volver a ganar”. Así de fácil. Con y sin palancas. 

El mantra eterno

El mantra se repite. Jordi Alba, Busquets y Piqué. Nada les pido y nada les debo. Con ellos nunca hay término medio. Si se gana, son capitanes y leyendas. Si no se gana, son “vacas sagradas” y peseteros. Eso dice Twitter Barça. El campo dice otra cosa: por más sustitutos y competencia que les fichan, siempre son de los mejores. A ver este curso.

'Penaltitos'

El jefe de los árbitros dijo que no se pitarían ‘penaltitos’. Que se lo digan al Sevilla. Primer partido, primer bochorno. Sí, arbitrar es muy difícil. Sí, hay que respetar a los árbitros. Y sí, toman el pelo a la gente. Sigue sin haber un cuerpo específico e independiente de VAR. La culpa es de quienes lo permiten: los clubes. A llorar, al Carmen.