Fati, un prodigio al que se deberá cuidar bien

Fati, en la celebración del gol

Fati, en la celebración del gol / sport

Albert Masnou

Albert Masnou

A una pésima primera parte, de las peores que se recuerdan del Barça, para olvidar, soporífera, con cero disparos entre los tres palos, con un juego apático, plano, sin ideas y estático, le siguió una segunda parte más dinámica con dos goleadores no habituales como es el caso de Ansu Fati y Arthur.

Los cambios de Valverde acabaron siendo decisivos. Si bien el técnico no supo darle marcha a su equipo en la primera parte, sí hizo lo adecuado al inicio de  la segunda. Su decidida apuesta por un chico de 16 años es un acto de valentía, convencido de que es oro puro que puede dar muchas alegrías al Barcelona. La primera fue en Pamplona con un remate espectacular en el primer balón que tocaba

 Ansu Fati es una aparición para el Barcelona en tiempos en los que solo piensa en el fichaje de Neymar. El delantero es desparpajo, alegría, remate y velocidad. Un peligro para las defensas rivales que el Barça deberá cuidar con mimo porque aún es menor de edad. Y su entorno también, para alejarse de intereses propios de quien busca la joya.

La otra gran noticia es la reaparición de Arthur que ha empezado la temporada desde el banco. Al brasileño se le pedía más profundidad, más último pase, más gol, una carencia que tuvo el pasado curso. Además, de mayor continuidad en su juego, que sus partidos duraran más de 60 minutos. De momento, ha dado un primer paso con un disparo letal. Cuando se había hecho lo más difícil se dejó empatar en un final de partido parecido al de la primera parte. Un mal Barça del que solo se salva Fati y el gol de Arthur. Por cierto, ¿Griezmann jugó?