Fati es esperanza

Ansu Fati regresó a lo grande

Ansu Fati regresó a lo grande / AFP

Xavi Torres

Xavi Torres

Los hay estrellados –últimamente el barcelonismo lo ha podido comprobar– y los hay, con estrella. Trece minutos fueron suficientes para convencernos, otra vez, de que Ansu Fati es especial, y no solo en lo futbolístico. Con el balón, en fin, mejora tanto lo presente que la afición se volvió loca con sus jugadas. Sin el balón, transmite alegría... Su aparición es aire fresco en una atmósfera irrespirable. Y dicho esto, nos preguntaremos lo siguiente: ¿será suficiente su regreso para cambiar las actuales dinámicas del equipo? El sentido común del fútbol –que tantas veces no se cumple– nos dice que no. A nivel colectivo hay mucho que mejorar y en el aspecto individual, como ya avanzó Ronald Koeman, no se debe esperar nada de Ansu hasta que alcance su plenitud física, según dijo el técnico, allá por el mes de noviembre. Así debe ser: atención a las sobrecargas; correr demasiado por culpa de la necesidad, penaliza. Sin embargo, al margen de la calidad del fútbol exhibido y de los resultados, hay algo con lo que el barcelonismo ya puede contar: la presencia de un niño de 18 años capaz de repartir ilusión y esperanza a través de su talento. Soñar, ahora que en el club no hay un euro, es gratuito. Postdata: es fantástico que el Barcelona pueda contar de nuevo con Ansu Fati pero que nadie con responsabilidad sobre el equipo se olvide de trabajar en todo lo demás. Va a hacer falta. Seguro.