Falta gol, Lewandowski es irrenunciable

A Lewandowski no le faltan pretendientes

A Lewandowski no le faltan pretendientes / AFP

Joan Mª Batlle

Joan Mª Batlle

Se acabó la pesadilla de esta maldita temporada para el Barça y acabó con otra derrota en el Camp Nou ante el Villarreal. Urge pasar página y corregir errores. Y a la hora de analizar esta Liga, que no la temporada, pues en Europa y en la Copa todavía ha sido peor, es imprescindible centrarnos en los números del equipo azulgrana. Lo más significativo son los goles a favor. 68, que son muy pocos cuando hace diez meses tenías a un tal Leo Messi que metía más de la mitad cada temporada. La falta de gol ha sido decisiva.

En la última Liga que levantó el Barça, la 2018-19, fueron 90 los goles que cantó el equipo, con 36 de Messi, 20 de Suárez y, significativamente, 8 de Dembélé, lo que contrasta dramáticamente con el único y miserable tanto que ha logrado Ousmane en esta Liga. Si miramos más atrás, todavía es peor. 99 goles en la Liga 17-18; 116, siendo segundos, en la 16-17; 112, 110, 100 en la denostada temporada del Tata Martino; 115 con Tito Vilanova; 114 en la última Liga de Guardiola, 95, 98, 105... incluso 76 el último y horroroso año de Rijkaard... No hace falta decir más. 

NÚMEROS MISERABLES

La miseria de esta Liga se refleja en el tridente goleador: Memphis, 12 goles; Aubameyang, 11 y Luuk de Jong, 6. Números de equipo sin aspiraciones, inadmisibles para el Barça, que a quince días del inicio del campeonato aún podía renovar a Messi e incluso contó tres partidos con Griezmann antes de cederlo al Atlético. La situación económica condenó al Barça a la mediocridad, pues desmontar la delantera fue mortal de necesidad. Han faltado treinta goles. Exacto, los de Messi. Y lo peor es que todos sabíamos que el día después de Messi sería muy duro, pero no podíamos imaginar tanta incompetencia en la previsión y gestión del relevo, esos fichajes multimillonarios e inadecuados que enviaron al club a la ruina. Toca montar otra delantera. Con gol, señores, con gol. Con Ansu Fati, cuya ausencia por lesión puede que haya sido determinante, pero sobre todo con un goleador contrastado, de talla mundial. No queda otra, el fútbol es gol y los goles son títulos. Lewandowski es irrenunciable. No veo otra opción.