El 'Fair Play' por encima de todo

Alex Corretja, con sus padres

Alex Corretja, con sus padres / ARCHIVO.

Alex Corretja

Alex Corretja

Aprovechando que mañana es el Día de la Madre quiero hablaros sobre el papel fundamental que tuvieron mis padres durante mi carrera deportiva. Era el verano de 1986. Yo tenía 12 años y estaba jugando el campeonato de Europa alevín de tenis en Francia. Mi madre me acompañó a ese torneo y dormía en una ‘roulotte’ con otros padres al lado del club mientras mis compañeros y yo dormíamos en una residencia cercana a las instalaciones. Recuerdo como si fuera hoy que estaba disputando un partido durísimo frente a un jugador polaco. Le iba ganando fácil, un set arriba y dominaba claramente en el segundo. Pero ya sabéis cómo es esto del tenis, de repente las cosas se tuercen. Tu rival se suelta cuando lo ve todo perdido y tú ya no sabes cómo rematar el encuentro. Total, que acabé perdiendo 7-6 el segundo set. Entre los 30 y pico grados de temperatura, el viento que parecía fuego y la desesperación de no haberlo cerrado a mi favor, empecé el tercer set con muy malos modales, quejándome constantemente y tirando la raqueta y el partido descaradamente. 

Con 0-5 en el parcial definitivo, mi madre, después de sus varias advertencias sobre mi mal comportamiento, abandonó la grada de la pista con los ojos llorosos. En ese cambio de lado, al no verla ahí sentada, fue tal mi frustración por haberle fallado que decidí, por fin, cambiar mi actitud e intentar una remontada que parecía imposible. 1-5, 2-5 y así hasta darle la vuelta al marcador y ganar por 7-5. El milagro se había obrado, todo estaba en mi mente. Me acerqué a la famosa ‘roulotte’ reventado física y psicológicamente y me encontré con la mirada triste de mi madre. Al preguntarme por qué había tardado tanto en llegar, le expliqué que al final había ganado. Ella no se mostró satisfecha por mi victoria, pero sí por intuir que recuperé mis formas. La reflexión que me hizo fue “con la actitud que has tenido en ese tramo del partido nunca conseguirás nada, quejarse como lo has hecho y buscar excusas continuamente es una pérdida de tiempo”.

Para mis padres lo más importante siempre ha sido que fuéramos educados, que tuviéramos respeto y que no nos comparáramos con los demás. No hay duda de que sin ellos, yo no sería quien soy, ni personal ni profesionalmente. Siempre me apoyaron en todo y se ocuparon de mi formación personal, pero jamás se metieron en ninguna decisión ni pusieron en duda a los entrenadores que guiaban mi carrera. En el año 1997, los jugadores de la ATP me votaron como el jugador con más ‘Fair Play’ del circuito. Cuando llamé a mi casa de madrugada (yo estaba en Miami), mi padre se puso a llorar de emoción al darle la noticia de mi reconocimiento mundial. Ese día entendí que, para ellos, lo fundamental es que fuera una buena persona más allá de los éxitos deportivos. Y eso es con lo que me quedo. Cada uno es libre de hacer lo que quiera con sus hijos, pero el hecho de que mis padres se dedicaran a ser padres y no asumieran un rol que no les pertocaba fue clave para mi éxito profesional.

¡HASTA SIEMPRE, ROBINSON!

Siempre fue un referente para mí por su manera de comentar en las retransmisiones deportivas: su naturalidad, su cercanía a la hora de narrar y, en especial, sus aportaciones puntuales que siempre eran exquisitas. Lo echaremos mucho de menos y el mundo de la comunicación, difícilmente, podrá rellenar el gran vacío que nos ha dejado. 

ANDRE AGASSI CUMPLE 50 AÑOS

Fue un tipo que revolucionó el mundo del tenis. Su melena y sus tejanos sorprendieron a todos los seguidores del deporte de la raqueta a finales de los años 80. Siempre fue un tenista muy carismático, aunque reconozco que su autobiografía me dejó un tanto descolocado. Ojalá algún día tenga la oportunidad de charlar con él al respecto ya que siempre le he tenido una gran estima. Lo considero una buena persona con la que compartí grandes momentos.