El éxito de Bartomeu

Venía de ser una figura cuestionada por la interinidad de la que fue protagonista por el inesperado abandono de Sandro Rosell

El presidente del FC Barcelona, Josep Maria Bartomeu

El presidente del FC Barcelona, Josep Maria Bartomeu / EFE

Carles Sans

Carles Sans

Josep María Bartomeu ganó las elecciones en el 2015. Venía de ser una figura cuestionada por la interinidad de la que fue protagonista por el inesperado abandono de Sandro Rosell. Hubo sectores que le calificaron de okupa y solo las elecciones ganadas le dieron la tranquilidad necesaria para llevar a cabo su proyecto. Desde aquellos días hasta hoy el Barça ha conseguido numerosos títulos, entre los que destaca especialmente el segundo triplete conseguido en su historia cuando la temporada 2014/15 ganó brillantemente Liga, Copa y Champions, además el Barça ha conseguido cuatro títulos el curso 2015/16, con la Supercopa, el Mundial de Clubes y el doblete de la Liga y la Copa del Rey. La temporada 2016/17 logró la Copa del Rey por tercer año consecutivo.

En la 2017/18 ganó la Liga y la Copa del Rey. Entre sus proyectos más ambiciosos esta el llamado “Espai Barça” del que, sea dicho de paso, se comunica más bien poco a pesar de saber que sigue avanzando. Esta temporada las cosas no pueden ir mejor. Con respecto a las secciones los resultados en balonmano, hoquei y baloncesto dan fe del buen momento de las secciones; el equipo de fútbol femenino se ha situado entre los cuatro mejores de la Champions y el panorama del primer equipo es muy esperanzador: Muchas posibilidades de ganar la Liga, estamos en cuartos de la Champions y finalistas de la Copa del Rey. A todo esto, el eterno rival, en caída libre y perdiendo siempre que sus secciones se enfrentan a las nuestras. Mejor imposible. En cuanto a planificación parece que este año con Abidal se están haciendo los deberes con anticipación y los fichajes habidos y por haber, sin ser las estrellas que buscan otros, intuyo que pueden ser un acierto.

No cabe otra que felicitar a Bartomeu y su directiva porque no hay motivos para lo contrario. Lo digo porque del mismo modo que cuando las cosas van mal se les recrimina, cuando funcionan hay que reconocerlas y publicarlas. Si todo acaba como es de suponer, el éxito de esta directiva puede ser rotundo.