La exigencia de Messi es el motor del Barça

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Ernest Folch

Ernest Folch

Cuando Leo Messi habla, el barcelonismo escucha. En un momento muy importante, tras un verano movido y con una temporada apasionante por delante, Messi habla para SPORT en una entrevista profunda, en la que se sincera como nunca, da explicaciones muy precisas sobre temas clave y, lo que es más importante, sienta las bases para que el culé mire el futuro inmediato con sumo optimismo.

Leo habla abiertamente de su futuro, explica sin esconderse de su posición en el ‘tema Neymar’, admite que le gustaría que Puyol fuera el secretario técnico del Barça y nos confiesa algunos aspectos de su vida personal. Lo que demuestra Messi en esta entrevista es que ahora tiene mirada de capitán: él conduce al grupo, a veces lo advierte y siempre lo protege.

En este rol también tiene una posición que le permite hablar de aspectos más generales del club. Su mirada es a veces crítica (como por ejemplo con la secretaría técnica), pero es siempre inclusiva (como lo es con Dembélé), generosa (dice que quería a Ney, pero que entiende a los que no le querían) y altamente positiva. Y, por encima de todo, es muy exigente, y tiene autoridad para serlo quien lo es consigo mismo, algo que le ha llevado a ser el mejor jugador de la historia.

En esta entrevista Messi repasa todos los temas que tienen en vilo al barcelonismo, sobre todo el de su futuro, pero por encima de todo nos lanza a todos un mensaje. Al club, a la secretaría técnica, a la plantilla, al entorno, y también a él mismo. El mensaje es el de la más absoluta exigencia, a todos los niveles. Y si a alguien le quedaba alguna duda de que al primero al que le sube el listón es a él mismo, que lea su confesión sobre lo que aprendió en Anfield: que en la Champions hay que marcar sí o sí fuera de casa. Es decir, que Leo Messi señala… a Leo Messi. Porque no es ninguna casualidad que uno de los verbos que más repite en esta entrevista sea “ganar”. Competitividad, ambición y exigencia. Mientras estos sean los mantras, que nadie sufra sobre su futuro.