La excepción de las segundas partes

Final feliz entre Luis Enrique y Aleix Vidal en la final de Copa

Final feliz entre Luis Enrique y Aleix Vidal en la final de Copa / sport

Maite Antón

Maite Antón

Sí existen las segundas oportunidades y puede haber segundas partes buenas. Las diferencias entre Luis Enrique y Aleix Vidal a principio de temporada parecían irreconciliables, pero el tarraconense se supo ganar a Lucho y ambos protagonizaron el sábado el final feliz de su particular historia. Los dos se equivocaron y rectificaron a tiempo. Si hay dos aspectos que valoran los técnicos son el compromiso y el sacrificio diario, y Aleix los convirtió en sus principales virtudes para volver a entrar en los planes de Lucho cuando parecía más que sentenciado. Ni su grave lesión le hizo venirse abajo, al contrario.

Su tesón le permitió acortar los plazos de recuperación y el asturiano valoró el esfuerzo con esos 10 minutos en la final. Vidal ha demostrado una fortaleza mental encomiable para superar obstáculos. Y de eso se trata la vida y el deporte, seguir siempre adelante a pesar de las dificultades. Aleix se ha convertido en un buen ejemplo para explicar a los deportistas más jóvenes. Como afirmó Phil Jackson, el carácter es más importante que el talento, porque no solo es lo que te permite superarte sino también ganarte el respeto.