Europa, la gran asignatura pendiente

Raphael Guerreiro en acción contra Leo Messi durante el partido del grupo F de la Champions League entre el Borussia Dortmund y el FC Barcelona en Dortmund,

Raphael Guerreiro en acción contra Leo Messi durante el partido del grupo F de la Champions League entre el Borussia Dortmund y el FC Barcelona en Dortmund, / FRIEDEMANN VOGEL - EFE

J.Mª Casanovas

J.Mª Casanovas

Se puede decir de muchas maneras, pero no más claro y alto. Al Barça esta temporada se le juzgará por encima de todo por su papel en la Champions. Después de caer eliminado en las últimas cuatro ediciones, llegar a la final de Estambul 2020 es un objetivo prioritario, una necesidad urgente, una cuestión de orgullo. Otra cosa sería un fracaso. No valen más excusas ni justificaciones de mal perdedor,  hay equipo para estar a la altura. 

No podemos decir que están obligados a ganar, pero por lo que ganan y representan, sí están obligados a rendir al máximo, cosa que no siempre ha sucedido. Hay que borrar de una vez los tristes recuerdos de Roma y Liverpool. Todavía nos duele la forma miserable como perdieron en Anfield, como un equipo de patio de colegio regalando un gol de córner. Desde Berlín 2015, los barcelonistas no han vuelto a celebrar la conquista de la copa mas deseada. ¡Ya toca! Y más si tenemos en cuenta que por el camino el Madrid ha ganado tres consecutivas.

¡Basta ya de agravios y humillaciones! Está muy bien ganar la Liga, pero no es suficiente. Con un presupuesto superior a los 1.000 millones hay que ser más exigentes. Es incomprensible que teniendo el mejor jugador del mundo, nos eliminen equipos inferiores. Los años pasan y hay que aprovechar la madurez de Messi para recuperar el terreno perdido, para volver a reinar en Europa, la gran asignatura pendiente. Gastarse cada año una millonada en fichajes que no justifican la inversión es un error imperdonable. Messi se queja con razón. Tenemos el crack pero no han sabido rodearlo de un gran equipo. También ha faltado un líder en el banquillo capaz de inyectar a los jugadores una motivación que aumente su rendimiento al cien por cien.

Una temporada mas estamos envueltos en dudas y sombras. El debut en Dortmund nos dejó fríos, el resultado fue aceptable pero las sensaciones fueron negativas. El Barça solo chutó una sola vez entre los tres palos y los alemanes hicieron méritos para ganar. Cuando Ter Stegen es el mejor, mala señal para el equipo. Cuando Valverde reconoce que sufrieron mucho, es una confesión de impotencia. Hay datos  preocupantes. Desde el mes de abril, los barcelonistas no han ganado un partido fuera de casa. El último gol de Suárez en Champions se remonta al 2015, hace cuatro años que no marca. Griezmann continúa sin despegar. Messi anda escaso de condición física. Semedo no hace olvidar a Sergi Roberto. De Jong necesita tiempo para ser un jugador más determinante

Paciencia y comprensión, no hay que ponerse nerviosos. Falta rodaje y compenetración con los nuevos. Pero así y todo, que el Borussia te pase por encima demuestra limitaciones inquietantes. El Barça cuando está al cien por cien a nivel físico y presiona a tope, es un equipo ganador. Pero cuando baja su agresividad y su actitud se diluye, es un equipo que sufre ante cualquier rival que corra más. Valverde esta temporada se ha puesto las pilas consciente de que el conformismo no triunfa en el Camp Nou, es el primero que sabe que el equipo ahora solo está al 60% y Messi necesita tiempo porque no ha hecho pretemporada.