La eterna polémica de los premios en el fútbol

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Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

Los premios individuales en un deporte colectivo como el fútbol siempre han generado una tremenda controversia. Todavía recuerdo, por ejemplo, la gran polémica que estalló (sobre todo en los medios de comunicación de la caverna mediática) cuando en el 2010 le dieron a Messi su segundo Balón de Oro: los periodistas españolistas mostraron su indignación durante meses porque el galardonado no fue Iniesta, autor del gol de la victoria de la selección en la final del Mundial de Sudáfrica.

Es solo una prueba del acalorado, casi visceral, debate (siempre condicionado por los colores) que provocan estos trofeos. Como el ‘The Best’, que ayer fue concedido a Lewandowski por su extraordinaria temporada con el Bayern. El problema de estos premios es el criterio que se aplica: se condecora al mejor futbolista o al que ha ganado más títulos. Y lo que sucede, especialmente en los últimos años, es que ambos valores no coinciden en el mismo jugador.

Porque Messi ha sido, es y será el mejor futbolista de la historia... pero lleva demasiado tiempo sin ganar títulos importantes (es decir, la Champions) con el Barça. Por eso es lógico que Lewandowski, que ha conquistado con el Bayern la Copa de Europa, la Bundesliga, la Copa Alemana, la Supercopa de Alemania y la Supercopa de Europa, sea el elegido como número 1 del 2020... aunque futbolísticamente no lo sea. Por palmarés no hay duda. Por talento, tampoco: Messi merecería el galardón eternamente. El debate entre prensa y aficionados está servido.

Y hablando de Messi. Ayer, Emili Rousaud, ex vicepresidente del Barça y actual precandidato a la presidencia, habló claro sobre el futuro del crack argentino: el salario de Leo es, en estos momentos, inasumible. La pandemia ha roto la economía del club blaugrana (ha dejado de ingresar cerca de 300 millones de euros) y eso hace inviable seguir pagando según qué fichas. Entre ellas, la de Messi. Lo que dijo Rousaud es impopular... pero seguramente es la verdad. Por dura y triste que sea.