Opinión
La estrella y la idea
Flick, como Cruyff y Guardiola, ha convencido al grupo de la importancia del concepto 'equipo'.

Flick ha logrado que su apuesta por el colectivo sea un éxito / DANI BARBEITO
Exhibición del Barcelona en la Liga justo antes del estreno del equipo en la Champions. "Es que el Valencia no hizo nada", se ha oído. Cierto. El equipo de Carlos Corberán se vio superado por el de Hansi Flick en todas las líneas y en cada minuto del partido y eso que el Barça jugó sin Lamine Yamal, De Jong, Gavi y Balde, lesionados, y sin Araujo, Lewandowski y Raphinha, suplentes. Sin embargo, curiosamente, los que salieron desarrollaron el mejor fútbol de la temporada.
Entre las grandes aportaciones del técnico alemán está, justamente, que juegue quien juegue el equipo es reconocible. La idea ha pasado a ser más importante que la presencia de uno u otro futbolista porque el cerebro del equipo ha dejado de ser el de la estrella de turno. Para que nadie se ponga nervioso a estas alturas del artículo dejaremos claro que es mejor que Pedri y Lamine Yamal estén en el césped que en la grada ya que su calidad individual es diferencial pero, al mismo tiempo, la historia del Barcelona está llena de futbolistas excepcionales que han vivido épocas sin títulos porque el equipo no ha sabido estar a la altura.
Cuando Johan Cruyff llegó al banquillo del Barcelona en 1988 los jugadores que se encontró tenían cero minutos de práctica en su idea futbolística. Necesitó dos años para hacer funcionar la máquina. Guardiola, por su parte, utilizó jugadores que tenían entre 2.000 y 3.000 sesiones en el método ya que procedían del fútbol base de club y, por tanto, habían sido educados en la idea que el genio holandés había introducido en el club veinte años antes. Ambos técnicos son los más exitosos de la historia del Barça porque supieron poner a sus estrellas al servicio de la idea y no, como suele suceder, al revés. En este escenario, similar al actual, los futbolistas de la casa aportan alma y rigor, jugando en Primera División como lo hacían cuando eran infantiles. Justamente eso es lo que se vio el pasado domingo en el Johan.
Quizás haya en el mundo mejores futbolistas en sus demarcaciones que Balde, Bernal, Casadó, Cubarsí, Eric, Fermín, Gavi o Jofre pero pocos como ellos dotan de tanta identidad a sus equipos. Eric García, por ejemplo, ha jugado en cuatro jornadas de lateral derecho y de central en los dos perfiles y Fermín, en la mediapunta por detrás del delantero centro y también, en la banda izquierda. Son jugadores que dominan el método. Además, los matices que ha aportado Flick exigen futbolistas inteligentes que entiendan el juego. En este sentido, es muy interesante observar el proceso de adaptación y rendimiento de jugadores como Raphinha, extremo izquierdo ante el Mallorca y Rayo; segunda punta ante el Levante, o delantero por la derecha contra el Valencia. O de Ferran, tras su evolución, ya puro 9.
Nada del abuso que sufrió el Valencia es casualidad. Ahora, Newcastle, de nuevo sin Lamine Yamal pero con una idea y unos futbolistas preparados para no excusarse cada vez que el crack de turno no está sobre el terreno de juego.
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