No fue el estilo, fue la Semana Santa

Que a Xavi le están esperando al volver la esquina desde el primer día no es opinión ni es noticia, es una evidencia. Su discurso, bien articulado, contundente y muy fiel a las ideas y el estilo que permitieron al Barça -y a la Selección- forjar su etapa dorada escuecen, y mucho. Sobre todo en Madrid, aunque también en algunos rincones de Barcelona.

Xavi es uno de los símbolos de aquella era, como lo son Guardiola, Iniesta o Messi. Por tanto, no resulta extraño que, después del monumental batacazo azulgrana en la Europa League ante el Eintracht Frankfurt, en la previa del duelo ante el Cádiz le preguntaran por la vigencia del estilo y el ADN blaugrana.

El Barça eligió el peor día para hacer el ridículo, en el campo y en la grada, después de la épica que destilaron el Bernabéu y el Metropolitano pese a que, no lo olvidemos, Real Madrid y Atlético perdieron ante Chelsea y City.

Fue la semana santa

Xavi, pese al disgusto y la desilusión por perder el último título de la temporada -La Liga es una quimera- fue contundente en la defensa de su ideario futbolístico. Un manual con el que busca recuperar las esencias de aquel Barça exitoso por juego y resultados y que quiere reimplantar.

Xavi está convencido de que, a la larga, esa es la única fórmula válida en el Camp Nou para recuperar la senda de los títulos pese a batacazos como el sufrido ante el Eintracht que, dicho sea de paso, en este caso se debió en parte al desconcertante ambiente hostil que vivió el Barça en su ciudad y en su propio estadio.

Las lecciones que se deberían sacar, para aplicarlas ya ante el Cádiz, es que a la plantilla le falta todavía equilibrio y madurez además de calidad en algunas demarcaciones. Pero también sería bueno ejercer de Mejor Afición del Mundo y de Más que un Club todos los días, incluido el puente de Semana Santa.