El estado de ánimo

Celebración gol de Messi ante el Huesca

Celebración gol de Messi ante el Huesca / Valentí Enrich

Gerard López

Gerard López

Las elecciones a la presidencia del club y la recuperación de los resultados deportivos de las últimas semanas han permitido que se empiece a vislumbrar una estabilidad a nivel institucional y sobre todo en el terreno de juego. Quién lo iba a decir hace un mes, cuando incluso había dudas de si el Barça podría luchar por algo esta campaña, que iba a cambiar tanto el estado de ánimo del club y del equipo azulgrana. Pero así ha sido y ahora el Barça tiene muchas opciones de que, dentro de las circunstancias, la temporada acabe mucho mejor de lo esperado.

Contar ya con un presidente salido de las urnas es muy importante para afrontar esas próximas semanas, decisivas porque hay dos títulos en juego, con la tranquilidad que todo equipo necesita para centrarse en la pelota y no en todo lo que sucede a su alrededor. Han tenido que pasar meses de incertidumbre, una larguísima campaña electoral y la sensación de que había un solar y el club se iba irremediablemente a la deriva. Pero con la elección de Joan Laporta ya hay un presidente al que dirigirse, con quien hablar y esperar que reflote el gran transatlántico que es el Barça.

El papel de Koeman

Y es que hemos visto cómo durante todo este tiempo la única persona que ha actuado como portavoz efectivo del equipo ha sido Ronald Koeman, buen conocedor del Barça y consciente de que alguien debía tomar el timón y enderezar el rumbo. Además de entrenar al equipo, que no es poco, ha debido lidiar con la defensa de un Barça descabezado y contra los malos resultados que por un momento pareció que le podían restar la credibilidad de su proyecto.

Pero ha habido dos momentos clave que han permitido que el equipo se reenganchara a una temporada que en el Barça nunca puede ser de transición. Por un lado, el cambio de dibujo, que ha permitido dotar al equipo de una estabilidad defensiva que era muy necesaria y que los jugadores pudieran resaltar más sus cualidades. Y ya con este nuevo sistema llegó la remontada copera ante el Sevilla, un rival muy competitivo ante el que el Barça cayó por 2-0 y dejando muchas dudas cuando las cosas no iban nada bien. Una remontada que, además de permitir acceder a una nueva final de la competición, dio un gran subidón de moral. No fue suficiente para levantarle al Paris Saint-Germain un 1-4 en contra, era prácticamente una quimera aunque hubo incluso momentos con licencia para soñar. Es cierto que el Barça ha quedado eliminado de la Champions League más pronto que en años anteriores, en octavos, cuando, como mínimo, había llegado de forma asidua a cuartos, pero quedó un sabor de boca más dulce que en los durísimos golpes precedentes como Bayern, Liverpool o Roma.

La situación se ha revertido y el Barça está seguramente en su mejor momento de la temporada, en plena lucha por la Liga cuando no hace mucho no había manera de bajar de la frontera de los diez puntos respecto al Atlético de Madrid y ahora ya están a solo cuatro.

Aplauso para Messi

Nada sube más y mejor el estado de ánimo que tener al mejor del mundo enchufado y con una implicación brutal. Anoche, Leo igualó a Xavi Hernández como el azulgrana con más partidos jugados, ni más ni menos que 767, y lo hace con unas cifras goleadoras y de asistencias de otra galaxia. El fútbol es un estado de ánimo y el del Barça, con su capitán al frente, da pie a la ilusión.