Se está perdiendo el tiempo con Messi

Leo Messi lanza el penalti de su primer gol en el Barça-Real Betis

Leo Messi lanza el penalti de su primer gol en el Barça-Real Betis / AFP

Albert Masnou

Albert Masnou

La moción de censura solo podía ser beneficiosa para que el nuevo presidente del Barcelona dispusiera de más tiempo para convencer a Leo Messi de seguir en el club la próxima temporada. Pocos beneficios más aparecen en adelantar unas elecciones previstas para marzo y que finalmente se celebrarán como mínimo en enero, o quizás en febrero, como las elecciones a la Generalitat, o incluso en marzo. Así pues, ¿Se habrá ganado solo unas semanas a lo inicialmente previsto? Esto quiere decir que Leo Messi podría llegar a un acuerdo con el club que quiera a partir del 1 de enero, antes de que el Barça tenga nuevo presidente. Y, si no lo hace, que es lo que sospecho, es porque tendrá tantas dudas de irse que querrá esperar a reunirse con el ganador en las urnas y escuchar de su boca cuál es su proyecto diseñado para el Barça del futuro.

Dos opciones. Si le gusta el proyecto deportivo y la oferta económica, se quedará. Si no es así, muy a pesar suyo y de su familia, se largará, después de pensárselo dos veces porque debe encontrar un club y una ciudad en la que esté mejor. Y eso, no es fácil. Y si no que se lo pregunten a Neymar (que aún hoy lamenta su marcha al PSG) o a Ronaldo (que tras dejar el Barça, huyó de Milan para irse al Madrid).

En todo caso, el nuevo presidente llegará sobre la bocina para intentar convencerle de que un nuevo club es posible, admitiendo que los condicionantes juegan en su contra por tener poco tiempo y poco dinero para darle la vuelta al calcetín. El nuevo presidente, que por el bien del Barça llegue cuanto antes mejor, no tendrá ni los 100 días de gracia porque a la primera semana deberá asumir el mayor reto de su presidencia.