Esta España no habría caído contra Rusia

Saúl marcó el primero ante Inglaterra

Saúl marcó el primero ante Inglaterra / EFE

Ernest Folch

Ernest Folch

Nada mejor que un campo mítico como Wembley para sellar un gran inicio de la ‘era Luis Enrique’. Un Inglaterra-España en Wembley, con nuevo seleccionador y nueva competición era el menos amistoso de los partidos amistosos, como certificó la concentración que mostró siempre España, que fue capaz de sobreponerse a un golazo inicial de Rashford y remontar con mucha clase y una sensación de aire fresco un choque que era un auténtico test de estrés a los profundos retoques que ha emprendido el nuevo seleccionador. Si alguien tenía alguna duda de que Luis Enrique ha venido a sacudir La Roja bastan dos datos demoledores: del once que cayó en el Mundial solo repitieron ayer cinco titulares, y el mejor en Wembley fue un pletórico Saúl que en Rusia no jugó ni un solo minuto. No es ninguna casualidad que Saúl haya sido el primero en reaccionar de manera pletórica a la sacudida de Luis Enrique porque encaja perfectamente con la idea que el seleccionador ha tenido siempre de los centrocampistas, que los quiere técnicos y pasadores pero también verticales. En esta idea también encajó muy bien Thiago, que jugó su mejor partido con La Roja, y que redondeó con Busquets e Isco una línea medular que tuvo un control absoluto del partido pero siempre mirando a portería. Indudablemente, Wembley sirvió para dar un espaldarazo a la difícil revolución que ha emprendido Luis Enrique, que quiere más energía, velocidad y vértigo, justamente las virtudes que se echaron en falta en los desastrosos octavos contra Rusia. Más allá de que haya sido injusto con Jordi Alba, nadie podrá negarle a Luis Enrique que está intentando encontrar algo nuevo en un equipo que estaba encallado. Incluso De Gea, perdido en el Mundial, cuajó ayer un encuentro majestuoso, con dos paradas memorables que salvaron a La Roja. Lo que está claro es que Luis Enrique vuelve a demostrar que es un entrenador idóneo para equipos que necesitan un meneo. Y el partido de ayer dejó una sensación inequívoca: quedan todavía muchas cosas por pulir pero esta España no habría caído contra Rusia en aquellos fatídicos octavos.