España, con el miedo en el cuerpo

Fernando Hierro, seleccionador español

Fernando Hierro, seleccionador español / EFE

E. Pérez de Rozas

E. Pérez de Rozas

Todos tienen cientos de partidos en sus piernas. Todos han jugado esos encuentros casi mil veces. Todos han vivido situaciones parecidas (iba a escribir límite y me he reservado porque me parecía excesivo, al fin y al cabo, es fútbol) un montón de ocasiones. Incluso, sí, el cese de su entrenador. También, también. Pero lo cierto, amigos, es que los chicos de la selección andan preocupados. Se les ve inquietos, se les nota preocupados, hasta han tenido alguna que otra palabra desigual, torpe, contra los medios de comunicación españoles porque les han criticado mucho. Bueno, no tanto, no tanto, pero sí han mostrado la preocupación que tiene todo el mundo de que juegan muchísimo menos de lo esperado.

¿De lo esperado por ellos? Pues sí, claro, pues ellos, que son los 23 mejores futbolistas que hay en España (bueno, yo encuentro a faltar ahí a Sergi Roberto), saben que pueden y deben jugar mucho mejor. Es más, que no miren (o lean) tanto a la prensa española y, simplemente, escuchen lo que ha dicho, públicamente, su novato seleccionador: “Cinco goles en tres partidos no es el camino. Tenemos que ser más exigentes”. Así que, de verdad, no entiendo la postura protestona de los ‘rojillos’. Es verdad que Thiago, cuando habló ayer, lo hizo con muy buen talante, pidiendo ayuda a los medios españoles “pues se trata de un reto de todo el mundo, no solo de los jugadores. ¡Somos España, coño! ¡Ayudarnos!”

Y eso está bien, pero denota, de verdad, cierta inquietud en ellos, que es peor que su mal juego. Es decir, si asomas la cabeza y pides ayuda, auxilio, significa que no crees que con tus solas fuerzas te sea suficiente para salir adelante. O, tal vez, es peor. Veamos. Yo creo que la selección, que evidentemente ha tenido que acusar de alguna manera la huida de Julen Lopetegui (perdón, pero yo no trago con la excusa dada por Florentino Pérez de que el error lo comete la Federación Española al destituir al seleccionador ¡estaba cantado, señores!, fueron ustedes, señores del Real Madrid, quienes la liaron en contra de España), empieza a tener el miedo en el cuerpo.

Y lo digo, no porque no se vean capaces de desarrollar su mejor fútbol (cosa que sí han hecho a ratitos) sino porque no estamos viendo, ni siquiera, a excepción de Isco, la mejor versión individualmente de sus líderes, llámense Piqué, Sergio Ramos, Iniesta, Busquets (bastante desesperado porque Fernando Hierro no le coloca al lado a Koke, que es su reclamación), Silva o Costa.Pero hay una inquietud que, tal vez, les ate-nace aún más que el fútbol que no acaba de emerger y es que saben que están, de nuevo, ante una oportunidad única de alcanzar, sino una nueva Copa del Mundo, sí una nueva final. Ellos saben (y puede que eso sea lo que más les duele de las opiniones ajenas) que están en el lado más fácil del cuadro. Porque no lo escondamos, el otro lado es una auténtica locura. No es lo mismo tener como adversarios del camino a la final a Rusia, Croacia, Dinamarca, Suecia, Suiza, Colombia y/o Inglaterra, que a Uruguay, Portugal, Francia, Argentina, Brasil, México, Bélgica y Japón. Lo saben y temen fallar. ¡Allá ellos!, nosotros, la prensa, no vamos a engañar a la gente y decirles que, si no llegan a la final, es un fracaso. Por supuesto que lo es pues, en ese camino, les elimine quien les elimine siempre se tratará de una selección inferior a España y, por tanto, se podrá hablar de fracaso.

¿Es eso lo que les inquieta? Por supuesto, sumado a lo que denuncia Hierro, sumado a lo que ellos mismos piensan cuando apagan cada noche la luz de su mesita de noche (“¡coño, somos España, tenemos que jugar mejor!”), sumado a que están, un montón de ellos, ante la última oportunidad de sus vidas deportivas (insisto, sin exagerar, que es un deporte) y, por tanto, no es necesario (ni justo) que miren hacia otro lado o nos señalen a nosotros. Han de estar unidos, tal y como ha explicado Thiago muy bien contado y pelear por mejorar individual y colectivamente. Y, si quieren, rezar un poquito porque esa manía que tiene Hierro de no sustituir a De Gea por Kepa le salga bien a España. Lo siento, pero yo no dudaría en sentar al meta del United y poner, entre palos, al chaval que levantó al mismísimo Bernabéu de sus asientos este año y los dejó, a todos, boquiabiertos.