España-Argentina, la final soñada

Leo Messi, jugador de Argentina

Leo Messi, jugador de Argentina / EFE

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

Los mismos que atacan a Luis Enrique indiscriminadamente porque no le consideran un seleccionador afín a sus intereses, ahora rabian contra Messi porque el crack argentino ha llevado en volandas a la albiceleste a los cuartos de final del Mundial. Son también los mismos que celebran los goles de Cristiano Ronaldo con Portugal o que reniegan de España porque juega con el ‘estilo Barça’. La Copa del Mundo es, probablemente, la competición más emocionante que existe. Única por su trascendencia. Y por las pasiones que genera. Pero también es el torneo que consigue sacar la peor versión de algunos medios de comunicación, a los que les encanta vivir subidos constantemente en la noria de la crispación.

Luis Enrique, a pesar de la sorprendente y dolorosa derrota ante Japón, está construyendo una selección con opciones reales de volver a conquistar el título. Y Messi, ante Australia, demostró una vez más que es el mejor jugador del planeta, por mucho que a algunos les pese. No querer reconocer ni una cosa ni la otra es de ciegos. Y de necios. Porque si España y Argentina tienen alguna posibilidad de llegar a la final del Mundial de Qatar’2022, es gracias a sus líderes indiscutibles. Luis Enrique es el alma de España, como Messi lo es de Argentina. Y sin ellos, ni la ‘roja’ ni la ‘albiceleste’, estarían en el reducido grupo de favoritas junto a Brasil y Francia (que ayer también se clasificó para cuartos tras derrotar a Polonia con una soberbia exhibición de Mbappé).

Pedri, en la entrevista exclusiva concedida a los enviados especiales de Prensa Ibérica en Qatar, asegura que “ojalá pueda cambiarme la camiseta con Messi en la final”. El joven centrocampista blaugrana verbaliza en SPORT el sueño de todos los culés. Que es también el sueño de todos los amantes del buen fútbol. España contra Argentina. Y que gane el mejor. Sería el colofón perfecto a la extraordinaria carrera del número uno del mundo. Después de estar más de media vida en el Camp Nou, despedirse de la elite con ese duelo fraternal contra muchos de sus ex compañeros (y algunos buenos amigos) sería el homenaje que el Barça, por las extrañas circunstancias de su dolorosa y precipitada salida, no le pudo dar. Pero no avancemos acontecimientos. La selección española se enfrenta el martes a Marruecos y ambos combinados todavía tienen un largo camino por recorrer antes de llegar a esa hipotética final maravillosa. Pero soñar, sin duda, es gratis...