Por encima del escudo, la salud y el ‘seny’

El séquito de Messi

El séquito de Messi / EFE

Carme Barceló

Carme Barceló

Nada es como siempre. Nada es como toca. Nada es lo que tienen muchos. Vivimos entre el miedo, la esperanza, la incertidumbre, la desconfianza, el dolor y la fe. Hay quien se aprovecha de las circunstancias mientras otros demuestran valor, creatividad y solidaridad para sobreponerse a ellas y sumar. En cualquier escenario, debe prevalecer la responsabilidad y el ‘seny’. Y escribo esto porque me parece una temeridad celebrar unas elecciones a la presidencia del Barça el próximo 24 de enero.

Con candidatos ya en firme, los intereses se desbocan. Más allá de posibles alianzas, de pizzas mal cortadas y de papeletas destruidas, de los que ni tan siquiera se dignan a presentar las firmas -vaya desde aquí mi reconocimiento a Xavi Vilajoana por haberlas presentado-, de los que buscan sus minutos mediáticos y de ciertas soberbias, ahora es el momento de poner a la salud por delante de todo.

LA ‘RAUXA’ AHORA NO TOCA. “Nadie está por encima del escudo”. Hete aquí la frase que abriga, justifica y sirve de paraguas en tantas y tantas ocasiones. Pues ahora, no. A más de uno habría que explicarle que no es momento de desplazar ni a mil ni a un millón de personas a depositar un voto. En el caso de los socios y socias del Barça, hablamos de una media de edad de casi sesenta años, con lo que ello conlleva. Cierto es que el club quedaría en manos de una gestora que no podría tomar decisiones y se retrasarían los proyectos del presidente electo. Pero vivimos un presente cogido con hilos.

El pasado más reciente de la entidad ha marcado una parte de él, la economía está bajo mínimos, los estatutos anticuados y la afición ya ha aceptado que esta va a ser una temporada de transición, de salvar los muebles y de mirar hacia dentro mucho más que hacia afuera. Los candidatos deben mostrar más sensatez y compromiso que nunca. Aparcar los intereses propios, no jugar con las presiones y demostrar, en estas circunstancias también, por qué el Barça es más que un club. La ‘rauxa’ ahora no toca.