Demasiados errores para pensar en ganar al Madrid

Higgins en el clásico acb

Higgins en el clásico acb

Nacho Solozabal

Nacho Solozabal

LOS INICIOS DE TODOS LOS CUARTOS

El inicio del duelo no presagiaba nada bueno. El dominio del Madrid, en intensidad y ganas, fue un aviso de lo que vendría más tarde. Dio la sensación de que el Barça daba por hecha su victoria. Si le sumamos que los blaugranas se veían impotentes para evitar el sinfín de rebotes ofensivos del Madrid, y que los de Saras perdieron un montón de balones, se entiende que el ritmo y la iniciativa fueran blancos. Gasol no pudo en ningún momento incidir en el juego, y ello fue también un problema en las rotaciones. Oriola tuvo poco protagonismo en un derbi que lo motiva especialmente. En los primeros veinte minutos, el Madrid mostró un gran equilibrio entre su juego interior y exterior. Los Garuba, Tavares, Vukcevic y Tyus, se complementaron a la perfección con un excelente Laprovittola o un descarado Abalde. No obstante, conforme transcurrían los minutos, los blaugranas mejoraban en defensa e iban recortando diferencias hasta acercarse al Madrid. Pero en todos los inicios de cuarto, ante una pasividad exasperante del Barça, los blancos volvían a acelerar y tomaban diferencias en el marcador, que a la postre marcaron el encuentro.

EL BARÇA NO BAJÓ NUNCA LOS BRAZOS

Es el aspecto más destacado de los blaugranas en la derrota. Podemos centrarnos en aspectos negativos, como la dificultad de los de Saras en controlar el ritmo y los rebotes, en las posesiones perdidas y los pocos triples, o en el poco protagonismo de algunos hombres. Pero lo cierto es que, pese a todo, los jugadores apretaron los dientes en defensa, con zonas presionantes, y le pusieron el miedo en el cuerpo al Madrid. Piezas como un inmenso e irreductible Calathes o un infalible Higgins, se confabularon para ganar el duelo. No fue posible, pero lucharon hasta el final y estuvieron a un paso del éxito. El Barca es, ahora mismo, mejor equipo que el blanco. Pero no puede permitir que su gran rival entre mejor en el partido y marque el ritmo del mismo. Ir a remolque siempre desgasta y provoca una tensión que genera errores. De la derrota se deben sacar conclusiones. Y puede que hasta no sea malo perder ahora para entender que, sin estar al 100%, no se puede ganar a los grandes de Europa.