El equipo se asentó más con un 4-4-2

Pichi Alonso

Pichi Alonso

El Barça no estuvo fino en el inicio del primer partido oficial, algo normal por ser el debut de muchos jugadores sobre el césped esta temporada. A los blaugrana les tocó lidiar ante un Sevilla muy cerrado y los recursos volvieron a ser más de lo mismo con arrebatos individuales de Messi, faltas incluidas, y las llegadas de Jordi Alba por la banda izquierda.

Lo demás no mejoró en nada a lo que ya había la pasada temporada. Rafinha y Arthur no dan mayor solidez defensiva al equipo, ni mejoran ofensivamente a Rakitic e Iniesta. Ni Lenglet tampoco mejora a Umtiti. También se volvió a demostrar que es muy difícil que Dembélé pueda rendir sin espacios. Busquets, el equilibrio, del Barça, estuvo perdido en la primera mitad, obligado a taponar las bandas, algo que ya hacía tres o cuatro temporadas atrás. El Barça dio sensación de vulnerabilidad ante un Sevilla que tampoco hizo mucho en ataque.

El Barça mejoró en la segunda mitad con la entrada de Rakitic y Coutinho. El Barça fue mucho más reconocible y comenzó a dominar en campo contrario creando peligro de gol en varias jugadas. Y ahí el gran beneficiado fue Dembélé, que pudo pasar a la banda derecha dónde se siente mucho más a gusto y pudo reivindicarse con un gol que acabó valiendo la victoria. Ernesto Valverde acabó el partido con Arturo Vidal sobre el terreno de juego y un reconocible 4-4-2, que parece que es lo que más le gusta al técnico para afrontar lo que será una dura temporada. 

La reflexión principal, aunque aún sea un poco prematura, es que los futbolistas que han llegado para incorporarse al Barça, no mejoran a los titulares de la campaña anterior y eso puede ser un problema si no se cambia la tendencia. En todo caso, el Barça logró ganar con superioridad su primer título de la temporada. Fue mucho mejor que un Sevilla más rodado y el equipo coge autoestima para el inicio de Liga. Este Barça tiene suficientes argumentos para lograr todo lo que se proponga. Queda mucho por delante y, seguramente, mucho por mejorar. Y también margen de mejora para los que se han incorporado este curso para luchar por la titularidad. De  momento, la Supercopa ya está en el saco.