Enviar al presidente al carajo

Josep Maria Bartomeu, expresidente del FC Barcelona

Josep Maria Bartomeu, expresidente del FC Barcelona / FC Barcelona

Xavi Torres

Xavi Torres

A veces sucede, pero pocas. Normalmente, un equipo que tiene muchas carencias no es candidato a los grandes títulos. El Barça empezó cojo la temporada y la terminará, efectivamente, cojo. Por el medio hay episodios positivos, por supuesto, como el éxito en la Copa, el compromiso de Messi, la aparición de jóvenes como Pedri, Araujo, Mingueza e Ilaix y la personalidad de Ronald Koeman como único portavoz-viga del aluminósico vestuario (y club) azulgrana.

Es una pena que el héroe de Wembley haya tenido que vivir esta época sin público en el que el rancho por la superviviencia ha hecho olvidar los opulentos manjares de otras épocas no muy lejanas. ¿Qué ha sucedido en can Barça para que Johan Cruyff, en vida, viviera de espaldas a su club y para que Pep Guardiola, el mejor entrenador según sus propios colegas, saliera a la carrera para exhibir su talento fuera de casa?

Koeman, a pesar de tener claro el drama con el que iba a lidiar, se atrevió con el Titanic a pesar de que los músicos ya no tocaban. Ahora toca proyecto nuevo y, evidentemente, si es con Laporta al frente será con mirada cruyffista, también sobre el césped. Koeman ha hecho lo que ha podido con dudosos mimbres pero en el futuro, con todos los matices que usted quiera, cuesta imaginarse un Barça con doble pivote o tres centrales. Y cuesta imaginarse, también, quien va a ponerse al frente de la nave.

Algunos barcelonistas -y muchos jugadores- esperan a Xavi a pesar de que el presidente, amigo del actual entrenador del Al Sadd catarí -acaba de renovar hasta 2023-, cree que todavía es pronto para darle la alternativa. Y ustedes, ¿ven a Xavi, preparado? Recuperen por favor la conversación entre Johan Cruyff y el propio Xavi que presenta el documental ‘El último partido’ (2014, Bonita Films), del director Jordi Marcos, rodada en el restaurante Can Ferran de Sant Quirze del Vallès, Barcelona.

Le dijo Johan a Xavi a propósito de sentarse en el banquillo del Camp Nou: “Un entrenador es un tío que tiene todo el club a favor o en contra dependiendo de si ganas o pierdes, pero que tienes que tomar las decisiones en base a tu conocimiento. La única manera para sobrevivir es si puedes enviar al presidente al carajo, y decirle: éste es el mejor jugador del equipo pero a mí me molesta, así que lo quiero fuera del vestuario. Si tú tienes esta fuerza mental, este carácter, eres un entrenador para el primer equipo; si no puedes, por lo que sea, vive bien, coges el segundo equipo y te diviertes. Ser entrenador del primer equipo no es agradable, es bastante desagradable”. Visto lo visto, hasta Laporta sería feliz...

Que nadie enrede

Ya saben, el Barça es campeón de Europa. El equipo de Lluís Cortés pasó por encima del Chelsea y levantó el máximo trofeo europeo a nivel de clubes sin que la mayoría de sus socias y socios, seguidoras y seguidores, directivas y directivos e, incluso, periodistas sepan cómo han llegado hasta aquí. Quizás por ello, por sorprendente ante el desconocimiento -casi como si el éxito hubiera caído del cielo-, todo el barcelonismo está feliz por la gesta de sus futbolistas.

Peligro. Lo que hasta ahora era una anécdota ahora ya no lo es. Ahora la sección de fútbol femenino es noticia en el mundo entero y tendencia, en las redes. Y hasta, en general, se sabe quién es Alexia Putellas. Mucho más, no, pero ella y algunas jugadores más, quizás sí. Por tanto, ya hay interés en la cuestión y, como la mediocridad es atrevida y siempre ataca en manada, no duden en que la lista de los valientes que, de repente, van a querer que se escuche su opinión apunta a larga o a muy larga.

El éxito, por supuesto, es compartido entre todas las personas que han tenido algo que ver desde hace muchos años en todo esto, pero entre ellos, por favor, no se olviden de Markel Zubizarreta, máximo ejecutivo del fútbol femenino y figura clave en todo el proceso. Sin cámaras, con discreción y mucho trabajo. Así que, si puede ser, respeto al que sabe y, aunque la pandemia esté en retirada, distancia de seguridad. Y, desde luego, ¡muchas felicidades!