Ziga zaga

Entrenadores que marcan la diferencia

Klopp y Guardiola

Klopp y Guardiola / AFP

Jordi Costa

Jordi Costa

Si no eres de esos aficionados al fútbol a los que sólo les interesa su equipo, ver el Barça-Celta y el Liverpool-City fue como asistir a dos deportes distintos el mismo fin de semana. Lo que no hace tantos años era el Barça-Madrid, el partido que nadie se perdía, hoy lo tienen en la Premier, y la razón está en los banquillos.

Ganó el Liverpool porque fue más efectivo en las áreas pero el City vendió su derrota más cara de lo que dice el 3-1 final. Y, para el espectador neutral, se libró una apasionante batalla de estilos, mucho menos opuestos que los Clásicos de la era Guardiola-Mourinho, en qué ninguno de los dos perdía un segundo sin buscar la portería rival.

Si analizamos las plantillas de Barça y Madrid, nada tienen que envidiar a las de City y Liverpool. Al contrario: incluso con la marcha de Cristiano Ronaldo, a los grandes de la Liga no les faltan estrellas. Quizá algunas ya no están en su mejor edad y tienen menos hambre que sus colegas ingleses, pero ni Stones es mejor que Piqué, ni De Bruyne hace jugar más que De Jong, ni Rodri ha superado a Busquets, ni Agüero es Messi, del mismo modo que difícilmente Zidane cambiaría a alguno de sus titulares por los del Liverpool.

La diferencia la marcan las ideas innegociables de los técnicos: la intensidad y la verticalidad que distingue a los equipos de Klopp, y el orden y la gestión del balón que caracteriza a los de Guardiola. Hace tiempo que la Premier dispone de más dinero que la Liga; sucede que ahora gastan tanto en el césped como en atraer a los mejores estrategas. Y así dominan Europa y atraen la atención del mundo.

El tiempo ya dejó en ridículo a los que sostenían que el Barça de Guardiola lo podía entrenar cualquiera. A base de años de ir aflojando convicciones, el equipo de hoy tiene todavía menos mecanismos que el de la temporada pasada. Por supuesto, es justo concederle paciencia para que encajen la piezas nuevas y no se le puede pedir que iguale la intensidad de los ingleses, pero sí que tenga un plan para disponerse sobre el campo y hacer circular el balón con el ritmo suficiente para exigir al rival.  

Es curioso que tanto el Barça como el Madrid hayan desplegado su mejor fútbol en Eibar, un equipo valiente que concede espacios, pero esa es la excepción. Si el Barça quiere recuperar jerarquía tendrá que acertar en la elección del nuevo entrenador: que agite y transmita. Todo lo demás será seguir esperando a ver qué inventa Messi y mirar a los ingleses desde abajo.