Ser entrenador del Barcelona

Koeman y Araujo, juntos en un entrenamiento del Barça

Koeman y Araujo, juntos en un entrenamiento del Barça / FCB

Rubén Uría

Rubén Uría

Preguntó Michael Robinson: “¿Qué es ser entrenador del Barcelona?”. Respondió Johan Cruyff: “Ser entrenador del Barcelona es un 60% de batallas. La junta, la prensa, todo esto que es asqueroso. Y luego, un 40% para disfrutar del juego”. Ser entrenador del Barça consiste en preguntarse qué puede hacer uno por el club y no qué puede hacer el club por él. Ser entrenador del Barça consiste en liderar desde el ejemplo, en ser actor secundario en la victoria y responsable en la derrota, en ser un portavoz que antepone los intereses del club a los tuyos. Ser entrenador del Barça consiste en desarrollar tu trabajo respetando el legado de Cruyff y la sublimación de Guardiola, con tus propias ideas, siendo consciente de que, aunque sea casi imposible alcanzar la perfección, tu deber es buscarla.

Ser entrenador del Barça no consiste en imitar a Cruyff, sino en buscar tu propio camino sin pisotear las flores que sembró en el jardín del Camp Nou. Ser entrenador del Barça consiste en interiorizar que en el fútbol profesional lo más importante es ganar, mientras que en este club atípico la exigencia pasa por conjugar dos verbos: ganar y gustar. Ser entrenador del Barça consiste en motivar, persuadir y seducir al futbolista, convenciéndole de que será aún mejor repitiendo automatismos, pases y conceptos, porque su meta es ganar mientras se divierte. Ser entrenador del Barça consiste en tener claro que al talento no se le mira el DNI, en sacar petróleo de La Masia y metabolizar que satisface más fabricar Balones de Oro antes que comprarlos.

Ser entrenador del Barça consiste saber qué club representas, desdeñando el conformismo barato, la autocomplacencia y las excusas de mal pagador, síntomas del cruyffismo de Hacendado. Ser entrenador del Barça consiste en no extender cheques que tu ego no puede pagar, consiste en vivir del presente y en usar tu pasado como trampolín y no como confortable sofá. Ser entrenador del Barça consiste en aislarse de discursos tóxicos y no rodearse de palmeros, mariachis y marionetas mediáticas, porque si uno le hace el caldo gordo al entorno, acaba convertido en entorno. Ser entrenador del Barça no consiste en presumir de lista de debutantes, sino en poner a los chavales para ayudarles a que no fracasen y sean útiles para el club. Ser entrenador del Barça consiste en impulsar la meritocracia y combatir la resignación.

Ser entrenador del Barça consiste en permitir que cualquier jugador, se llame como se llame, gane lo que gane o cobre lo que cobre, tenga licencia para comerse el mundo. Y ser entrenador del Barça consiste, sobre todas las cosas, en ser valiente. Puede que no lo consigas, pero te aplaudirán si lo intentas.