Entre Jekyll y Hyde, la impotencia

Griezmann celebra el primer gol ante el Villarreal

Griezmann celebra el primer gol ante el Villarreal / VALENTÍ ENRICH

Jordi Costa

Jordi Costa

Tras el horror de Granada, el Barça se presentaba al partido de ayer con la esperanza de recuperar el ímpetu y la contundencia que había exhibido en el Camp Nou. A la hora de la verdad, ni Jekyll, ni Hyde: 20 minutos aceptables -y los dos goles que le dieron la victoria- al ritmo que marcó Messi, en la línea de la temporada pasada; y a partir de ahí, la impotencia.

La victoria era imprescindible para no perder comba en la clasificación pero, sobre todo, para la autoestima culé. Tal como están los aspirantes al título, parece más fácil recuperar puntos de desventaja que superar dudas. Y el Barça, ahora también el de casa, es un mar de dudas, un equipo en pañales que todavía no sabe hacia dónde quiere ir, ni con qué piezas quiere hacerlo.

Es una evidencia preocupante lo largo que es el equipo, la distancia entre la defensa y la delantera, que se vio en Dortmund, empeoró en Granada y, reapareció ayer tras el esperanzador inicio. Y esto nos lleva a las pocas certezas que tenemos hoy: por más voluntad de presionar que tenga el equipo, no la puede mantener los 90 minutos, de modo que la cohesión pasa por tener el balón, si no con brillantez, sí con criterio. A Valverde le tienta todavía el dinamismo, antes con Rakitic y ahora con Sergi Roberto, pero es difícil que el equipo tenga un relato sólido que no pase por el protagonismo de De Jong y de Arthur.

Ayer, en su primera suplencia, se comprobó que el holandés es imprescindible, porque es el único que aúna capacidad física con sentido del juego. Fue su entrada -un poco tarde, incluso- la que cambió el partido cuando el Barça estaba más impotente, incapaz de dar dos pases y a remolque del Villarreal.

En cuanto a Arthur, es una pena que no resista físicamente un partido completo. Le pasaba la temporada pasada y le sigue pasando ahora. Futbolísticamente, es el mejor socio para De Jong, por manera de entender el juego y porque ha dado un paso adelante en cuanto a transcendencia -no sólo por sus dos goles-, pero necesita que su fiabilidad le dure 90 minutos para considerarle también intocable.

Es comprensible, por la altura de temporada y por la carga de partidos, que Valverde rote en la posición donde más piezas tiene, pero quizás sería beneficioso insistir en un mismo centro del campo hasta que el equipo asimile unos mecanismos que no le hagan quedar a merced de si juega fuera o en casa o del atrevimiento del rival. Todo lo que no sea hallar un relato, supondrá seguir dependiendo de Messi.

EL ‘ANSUFATISMO’ COMO ESTADO DE ÁNIMO

Que el Barça terminara el partido de ayer sin Luis Suárez, por decisión técnica tras una actuación horrenda, da una idea del peso y del paso del tiempo. Sea por la Copa América y la falta de pretemporada a raíz de su lesión en el sóleo, o sea porque la edad no perdona a nadie, Valverde sustituyó al uruguayo cuando el partido no estaba ni mucho menos cerrado. La decisión de Valverde es significativa por partida doble: de un lado, considerar que el concurso de un chaval de 16 años era imprescindible para salvar los muebles, y también porque prescindió de una vaca sagrada antes que de un Griezmann aparentemente más fresco.

Y el público del Camp Nou, hasta ahora respetuoso con sus leyendas, bendijo el relevo con el contraste en el aplaudimetro: división de opiniones para Suárez, ovación entusiasta para Ansu.

En realidad, Ansu no terminó con éxito casi ninguna de las acciones que intentó, pero su entrada llena de talento y atrevimiento, cambió el estado de ánimo de un partido que pintaba mal.

No se pretende que Ansu se convierta en titular en breve, porque no le toca, pero el impacto que provoca su juego no tienen nada que envidiar al de sus colegas de delantera. Y, en este sentido, ya es un paso que Valverde se atreva a tomar decisiones -veremos con qué continuidad- que tengan más que ver con lo futbolístico que con lo jerárquico.

BIEN: LA AUTOCRÍTICA DE NEYMAR

Nunca hasta ayer habíamos escuchado a Neymar reconocer -en el Mirror- los errores cometidos durante su carrera. Dice que ha recuperado la confianza, y así lo atestiguan sus dos golazos en la liga francesa. Si quiere de veras ser el mejor, este es el camino.

MAL: LA DOBLE CARA DE LA LFP

A la LFP le faltó tiempo para celebrar en sus redes sociales el The Best de Leo Messi, icona indiscutible del torneo estatal. Sin embargo, se negó a cambiar de fecha el partido de ayer para que los premiados culés tuvieran el descanso apropiado tras la gala.