Entre el Barça y el Bayern no hay un favorito

El Barça cumplió la tradición y ya está en cuartos

El Barça cumplió la tradición y ya está en cuartos / AFP

César L. Menotti

César L. Menotti

El Barcelona se enfrenta al Bayern y uno podría decir que de ante mano a partido único no hay un favorito. Si analizamos al equipo culé es cierto que todavía no sella un funcionamiento, que hay una intención de juego, que termina complicándose en la formación del equipo. Pero aun así tiene el as de espadas en la manga y la jerarquía de sus individualidades. Es un equipo a temer para su contrincante. No me gustaba el equipo alemán como contrincante para este encuentro. El Bayern es un rival complicado porque sí, a diferencia de los de Setién, posee la solidez del funcionamiento y la estricta seguridad que le ha permitido llegar hasta estas instancias con la confianza de que pueden ser finalistas.

Pero nadie puede garantizar nada cuando te enfrentas al Barcelona con Messi porque genera en su rival también las preocupaciones ligadas a las diferencias que marcan algunas individualidades. Hoy Hans-Dieter Flick debe estar rompiéndose la cabeza buscando cómo armar un aparato defensivo para neutralizar al mejor jugador del mundo. Esto que le pasa al Barcelona le sucedía a los rivales del Nápoles de Maradona. Los esfuerzos estaban puestos en desarrollar estrategias para que no encontrara espacios para llegar al área y rematar así como neutralizarle las líneas de pases.

<strong>El Bayern es un equipo muy firme en sus convicciones y experiencia.</strong> Tiene jugadores que ejecutan a la perfección las transiciones rápidas con la pelota y un delantero implacable como Lewandovsky. Será un partido difícil, muy estudiado para los dos. Pero siempre que Messi sale a la cancha, las esperanzas son diferentes. Setién tiene la posibilidad de consolidar un equipo que corrija algunas imperfecciones que ha sufrido en la temporada. No creo que tenga temores porque siempre fue un entrenador al que le gusta el juego, que dispondrá un once para plantar cara al Bayern con valentía. No creo que modifique demasiado al equipo que puso frente al Nápoles. La única opción que tiene es reforzar las ideas y sostenerlas en el juego. Ya llegó a estas instancias. Y a veces las obligaciones superan las expectativas. Le pasó en la Liga y ahora en la Champions.

El mediocampo es el gran problema del equipo blaugrana aunque frente al Nápoles parece haber encontrado con De Jong algunas soluciones. Tiene complicaciones en la recuperación y en las acciones defensivas. No ha encontrado un sustituto de Busquets cuya genialidad es justamente poder realizar las tres acciones de juego en el mediocampo: participar en la gestación, en la recuperación y defender. Un mediocampista tiene que aprender a defender en el área propia por eso Busi es tan importante.

El resto de los mediocampistas son buenos jugadores. Por eso creo que para equilibrar, Quique opta por Sergi Roberto intentando dar mayor equilibrio ubicándolo como volante. El equipo tiene mucho fútbol pero pierde en los duelos en las acciones defensivas y muchas veces queda expuesto en inferioridad numérica. Y lo ha salvado en varias oportunidades <strong>Ter Stegen</strong>. Cuando consigue el gol rápido es más fácil resguardarse en los espacios, pero le cuesta encontrar el equilibrio entre gestar y recuperar. Tiene que tener las dos acciones por eso es importante que se consolide De Jong y sumarle un jugador que lo ayude como relevo. 

El Barça puede jugar mejor que su adversario y solidificarse como equipo. Un día Messi puede gambetearese a cinco jugadores y ayudar a sus compañeros. Lo hace siempre en el juego y sobre todo en la victoria. Pero en estos partidos son también sus compañeros quienes deben enfocarse en ayudarlo más a él. El fútbol también se sostiene en los sueños colectivos y el Barcelona no debe perder la ilusión como un componente motivador para jugar. Estamos hablando del Barcelona, de Messi y de un partido. Será un duelo apasionante porque ninguno de los dos equipos vive de las especulaciones. Los dos van a mostrar sus cartas, es una promesa de ver fútbol de altos vuelos. Casi una final anticipada. 

La clave: será un duelo apasionante de altos vuelos, casi una final anticipada. 

Manchester City y su partido a partido

La Champions es el sueño de Pep Guardiola y del Manchester City. Es una herida abierta. Ha encontrado muchas dificultades, mucho accidentes en las ediciones anteriores e incluso en esta. Lo han maltratado las lesiones. Pero juega siempre bien y aún jugando mal nunca abandona la idea de juego y consigue que sus jugadores encuentren la jugada maestra para ella el resultado. <strong>Contra el Real Madrid fue superior en los dos partidos </strong>y golpeó en los momentos oportunos. El Lyon no será un equipo fácil. Le plantará cara cerrándole los espacios y jugándole de contragolpe. Obligará al City a mover la pelota rápido y a no cometer errores.

La idea está muy fuerte. Y Kevin de Bruyne es ahora mismo el mejor jugador del mundo después de Lionel Messi. Un invento más de Guardiola. Tiene de todo: recuperación de pelota, cambio de ritmo, asistencia y goles de todos los colores. Lo transformó en un fenómeno. El belga aprendió a jugar dentro del área y llega al gol con una facilidad muy sorprendente con espacios o sin espacios.

Cuando se llega a esas instancias hay que mantener la misma actitud que con el Real Madrid. Mucha concentración. Es un partido, puede pasar cualquier cosa. Es un deseo personal que el fútbol premie a este Manchester con la final. Ojalá esta vez lo acompañe también ese diez por ciento de suerte que se necesita. Me quedo con una imagen del duelo entre Pep Guardiola y Zinedine Zidane. Son dos entrenadores muy especiales. Son señores muy serios, inteligentes, que saben estar en el lugar que se les exige. Esa imagen es la representación del respeto de caballerosidad entre dos hombres que llevan el fútbol en sus entrañas. Ejemplares.