Opinión | FC Barcelona

La entrada criminal a Pedri desmonta la vergüenza del Madrid

Que los blancos se quejen de los árbitros es como si el Partido Popular se queje de corrupción: surrealismo puro

La entrada a Pedri

La entrada a Pedri / Twitter

Siempre es mala noticia cuando los árbitros acaparan todos los focos y en los últimos días, por desgracia, han sido muy protagonistas. El arbitraje del Espanyol - Real Madrid provocó que el club blanco emitiese una reclamación formal a la RFEF y al CSD que todavía trae cola.

Que el Real Madrid se queje de los árbitros es como si el Partido Popular se queje de corrupción. Surrealismo puro. Cierto es que la entrada de Carlos Romero debería haber sido sancionada con roja directa. Hasta un ciego lo vio. Pero como tantas y tantas otras veces que los blancos han salido beneficiados por decisiones arbitrales.

Los reiterados gestos y provocaciones de Vinicius que no han sido sancionados, las expulsiones perdonadas a Camavinga y al propio Vini en la final de la Supercopa, la de Lunin a Swedberg en la Copa... Por tan solo citar algunos ejemplos de los últimos días. Si tiramos de hemeroteca, no acabaríamos.

Que el nivel de los árbitros en LaLiga es paupérrimo y que debería mejorar es una obviedad que, prácticamente, no debería ni comentarse. No obstante, en esta particular guerra, quien menos tiene que objetar es el Real Madrid. El propio Louzán confesó las presiones de Florentino Pérez a la Federación porque sentía que su club había sido perjudicado y había perdido títulos por las decisiones arbitrales. De risa.

El volumen que puede adquirir el megáfono mediático del Real Madrid eclipsa todas las quejas de los equipos más pequeños que ven, jornada tras jornada, como errores arbitrales les hunden más y más en la clasificación, en favor de los más grandes. Las quejas de todos los clubes contra los colegiados están más que justificadas, pero que el Real Madrid abandere esta lucha recuerda a la de Vinicius con el antirracismo. La finalidad es unánime e inequívoca, pero los portavoces escogidos le hacen perder mucha credibilidad.

La roja perdonada a Guillamón

Y es cuatro días después de que el Real Madrid enviase una carta a la RFEF, el Barça disputó los cuartos de final de la Copa ante el Valencia. Antes del minuto 10 de partido, una durísima entrada de Hugo Guillamón a Pedri González merecedora de expulsión directa ni tan siquiera fue tarjeta amarilla. Incomprensible.

Una acción que pone en tela de juicio la carta enviada por el Real Madrid. Las quejas del club blanco, vociferadas por su canal de televisión, entre bambalinas en los despachos, pero ahora también vía burocrática. "[...] las decisiones en contra del Real Madrid han alcanzado un nivel de manipulación y adulteración de la competición que ya no puede ser ignorado...", reza parte del comunicado.

Si el club presidido por Florentino Pérez se considera tan damnificado por los árbitros, se entiende, por lo tanto, que su máximo rival en estas competiciones (el FC Barcelona) es el gran beneficiado. ¿Dónde está el beneficio en la entrada de Guillamón a Pedri? ¿Y en el gol anulado a Lewandowski contra la Real? ¿Y en los penaltis no señalados a Olmo contra el Rayo, a Cubarsí y a Pau Víctor ante Las Palmas o a Koundé frente al Getafe? ¿Y en la sanción de dos partidos a Flick en el partido en el Benito Villamarín?