Enemigos fuera y dentro de casa

José María Enríquez Negreira.

José María Enríquez Negreira.

Alfredo Martínez

Alfredo Martínez

Es verdad que al Barcelona le están esperando, le juzgan y le condenan antes de que empiecen siquiera las primeras investigaciones, no hay más que ver la cantidad de portadas y aseveraciones dando por hechas muchas cosas en el Caso Negreira que no se han demostrado. Aún siendo verdad que le están esperando, no es menos cierto que en el propio club han fallado muchos mecanismos de control durante muchos años y se ha dilapidado el dinero de los socios a manos abiertas.

Hay que hacer autocrítica dentro de todo este escabroso tema y sacar conclusiones para el futuro y sobre todo, para evitar que el nombre del Barcelona quede nunca salpicado o manchado. Debe quedar muy claro que el Barcelona está muy por encima de las personas y por supuesto de sus gestores, elementos transitorios en una historia larga y prestigiosa.

Lo ocurrido no puede quedar como una anécdota por más que el Barcelona consiga salir indemne de todos los cargos y situaciones de las que se le acusa. No vale sólo el victimismo de que todos están contra el Barcelona y de que todos atacan al Barcelona a la mínima oportunidad que tienen. Allá cada uno con su conciencia. Pero hay importantes responsabilidades dentro del club, entre otros, de altos ejecutivos de elevado salario, durante muchos años, que no cortaron con estas circunstancias y que permitieron que el club quedara expuesto en lo deportivo, económico y a lo mejor, en lo judicial. Basta ya de mirar solo fuera, donde ya es sabido que existe mucha rivalidad y muchas ganas. Nada nuevo.

Laporta debe ser el primer interesado en depurar responsabilidades, en poner mecanismos de control más eficientes para que el nombre del Barcelona nunca más vuelva a estar en entredicho. Esa sería una buena gestión de buen gobernante. Una vez quede aclarado todo el asunto poner todos los medios posibles para que nada parecido pueda volver a ocurrir.

Y ya no solo directivos y ejecutivos. ¿ En que lugar quedan todos aquellos que durante tanto tiempo han auditado las cuentas del club y han visto pocas excepciones en pagos a veces desproporcionados o ilógicos? Es evidente que en el club debe haber un mayor control del gasto. El dinero es del club pero no por ello se debe despilfarrar.

Son demasiados años, mucho dinero. Caben explicaciones claras y justificaciones suficientes para que no quede ninguna duda de que se obró bien y se gobernó bien el club.

El Barcelona es tan grande que ha sobrevivido y superado casos casi tan graves de reputación como el que está viviendo en la actualidad, que esperemos no desgaste el buen nombre de la institución. Pero no desviemos la atención, no solo con las demandas a los que han calumniado o injuriado al Barcelona. Reflexionen sobre todo lo ocurrido en estos años y el dinero destinado.

El enemigo casi siempre está fuera y te está esperando, pero a veces no hace falta buscarlo tan lejos. Esta dentro. Está en casa.