EMPIEZA EL MUNDIAL DE RALLYES

Empieza una nueva era

El Montecarlo da el pistoletazo de salida a una temporada repleta de cambios y nuevas expectativas

Sebastian Ogier con su nuevo Ford Fiesta WRC.

Sebastien Ogier con su nuevo Ford Fiesta WRC. / EFE

Josep Viaplana

Josep Viaplana

El Rallye de Montecarlo, el clásico de los rallyes invernales que este año alcanza su 85ª edición, marca el inicio de una temporada que representa un nuevo capítulo en la historia del campeonato del mundo. Coches nuevos, cambios de pilotos, nuevos fabricantes… este arranque cuenta con todos los alicientes para que la expectación sea máxima. Tenemos ganas de que el crono se ponga a cero y podamos empezar a medir las diferencias entre unos y otros, que prometen datos interesantes en el primer envite.

Entra en vigor la reglamentación técnica que permite a los WRC ser más potentes, rozando los 400 CV, y espectaculares, con una aerodinámica muy agresiva. Estos vehículos, probablemente, se van a convertir en los coches de rallyes más rápidos de la historia. La primera carrera nos tiene que mostrar quien ha hecho los deberes y quien no, vislumbrándose ya las opciones de cada uno pese a que el Montecarlo es un rallye muy particular y el panorama cambia drásticamente con la aparición del hielo y la nieve sobre el recorrido.

La marcha de Volkswagen, la marca que ha dominado los cuatro últimos campeonatos, queda compensada con la entrada de Toyota y el regreso de Citroën, que en 2016 sólo compitió sólo en algunas carreras. Serán cuatro los coches diferentes (Citroën, Ford, Hyundai y Toyota) que competirán por el éxito después de un año en el que hubo tres marcas y seis pilotos diferentes que ganaron rallyes. Veremos cómo afectan los cambios al equilibrio existente y si aumentará el espectáculo y la emoción o, por el contrario, aumentarán los desequilibrios porque ya se sabe aquello de que "a río revuelto ganancia de pescadores".

No me negaran, de todas formas, que el gran cambio mediático que ha habido y quién va a levantar mayor expectación es el debut de Sebastien Ogier con el Ford de M-Sports. El francés ha ganado los cuatro últimos títulos de una tacada y existía la corriente de que la igualdad entre coches era tan grande que él hubiese podido ganar con cualquiera. Tiene ante sí un desafío brutal. Tiene que demostrarlo y si no lo consigue el fracaso llamará a su puerta, desvirtuando incluso lo que ha hecho hasta ahora, que pasará a ser obra única y exclusivamente de Volkswagen y su increíble Polo R.

La fuga del gigante alemán ofrece, por el contrario, nuevas oportunidades y hoy, a la espera de lo que pueda dar de sí el nuevo Yaris, hay tres coches y tres marcas que están en condiciones de ganar el título. Lo dicho, las expectativas no pueden ser más altas.