¿Empieza una guerra Laporta-Vestuario?

Masip con Laporta

Masip con Laporta / JAVI FERRANDIZ

Ernest Folch

Ernest Folch

No sé ustedes pero un servidor no recuerda una declaraciones de un presidente del Barça tan contundentes con su vestuario como las que realizó este martes el presidente Laporta. En una entrevista concedida a 'L'esportiu' Laporta dijo que " Estoy decepcionado con la actitud del equipo. He sufrido tanto o más que Xavi por esa falta de carácter. No lo entiendo y ha sido una gran decepción. Este equipo no ha tenido en ningún momento un liderazgo y me he quedado decepcionado y cabreado".

Perdonen, pero que el presidente llegue a hablar en público de "falta de carácter", "decepción" y "falta de liderazgo" es algo demasiado categórico como para pensar que se trata solo de un calentón. Si a esto le sumamos que el club admite que ya estudia otra rebaja salarial a su plantilla se confirma que las palabras de Laporta no son ninguna casualidad.

Si a este cóctel le añadimos además las duras palabras sobre Gavi y su representante, y las palabras de Mateu Alemany dando por perdido Dembélé, ya tenemos encima de la mesa todos los ingredientes. En primer lugar, queda claro que el presidente ha entrado en una segunda fase lógica y entendible: la culpa de todos los males ya no es solo de la junta anterior, sino que la empiezan a tener también los jugadores. Es decir, pasa a la ofensiva y empieza a cambiarse el foco.

En segundo lugar, cabe preguntarse seriamente si las palabras de Laporta inician inevitablemente una guerra con el núcleo duro del vestuario, una vez ha comprobado que su aportción es netamente negativa.

Con Gavi parece haber hecho un error de cálculo y probablemente ha sido injusto (su representaba negaba ayer que ya hubieran recibido la oferta de renovación como sugería Laporta), pero lo relevante de sus declaraciones es que sin duda iban dirigidas a los futbolistas veteranos, que siguen viviendo muy bien y bajo una incomprensible protección.

Cuando el presidente habla de falta de liderazgo señala sin duda a Piqué, Busquets y Alba, a los que está diciendo que aunque hayan cumplido a nivel individual han sido incapaces de aguantar el grupo en los malos momentos. Lo que Laporta nos quiere decir es que si el equipo se cayó estrepitosamente después del Bernabeu fue por la incapacidad de las vacas sagradas para liderar el equipo.

El presidente, que tiene una fina nariz para adivinar hacia donde vira la afición, sabe que el socio del Barça empieza a estar harto de la aristocracia del vestuario, que cobra cantidades astronómicas, y que le vendió que sin Messi todo mejoraría cuando la única realidad es que el equipo se ha hundido cuando ha llegdo el momento decisivo de la temporada. ¿Empieza una guerra Laporta-vestuario? Seguramente es necesaria e inevitable, pero tendría importantes consecuencias.