Empezó Messi y acabó Ansu Fati

Griezmann conectó con Messi y marcó el primer gol

Griezmann conectó con Messi y marcó el primer gol / EFE

Joan Mª Batlle

Joan Mª Batlle

La cosa empezó y acabó bien, pero en los sesenta minutos que mediaron entre el primer cuarto de hora y el último, el Barça sufrió para aguantar la ventaja en el marcador, víctima de un extraño descontrol del juego que afectó a la seguridad defensiva y a la efectividad atacante. Empecemos por lo bueno. Messi en el campo, primera titularidad, con una sonrisa en el rostro que presagiaba lo mejor. Y en efecto, así fue. A los cinco minutos, Leo puso en la cabeza de Griezmann el primer gol en el lanzamiento de un saque de esquina milimétrico. Vamos bien, Messi ya busca a Griezmann, pensé para mis adentros, como estoy seguro que también lo pensaron muchos barcelonistas. Y seguíamos bien, con Messi enchufadídisimo y Griezmann loco por asociarse con él.

Y mejor que seguimos al filo del cuarto de hora, cuando Arthur se inventó un golazo con un obús desde la distancia. 2-0 y todo controlado. Pero de repente, todo se torció. El juego, la fluidez, Messi sintió molestias y tuvo que ser atendido... Y llegó el gol de Cazorla. Y el Villarreal que se lo empezó a creer. 

CONCLUSIONES

Con todo, lo peor llegaría en la salida de los jugadores al campo tras el descanso. No estaba Messi. Las molestias físicas aconsejaron no correr riesgos. Salió Dembélé y el juego se revolucionó. Bien Ousmane en dos jugadas verticales cuyos centros no acertaron a rematar Griezmann y Suárez. Pero con el vértigo llegó el descontrol. El Villarreal empezó a amenazar la puerta de Ter Stegen, el equipo de Valverde tenía poco el balón y en esas cualquier cosa podía pasar. Acertó el entrenador poniendo a De Jong por Sergi Roberto y más que acertó quitando a Suárez, que estaba pidiendo a gritos el cambio desde hacía rato, para sacar a escena a Ansu Fati. Y con ellos volvió el buen juego.

De Jong aportó tranquilidad y Ansu Fati, desequilibrio. Volvieron las oportunidades, Ansu Fati levantó a la grada y el Villarreal tuvo que dar un paso atrás. La victoria no fue brillante, pero fue victoria y, sobre todo, ha de servir para que Valverde saque conclusiones, que algunas están muy claras. 

La clave: La victoria no fue brillante, pero fue victoria y ha de servir para sacar conclusiones.