Opinión
El efecto dominó que provocará Nico Williams

Nico Williams (d) y Lamine Yamal durante un entrenamiento de la selección española en la Ciudad del Fútbol / EFE
Ahora sí, el Barça domina el escenario en el fichaje de Nico Williams. Un año después del culebrón fallido, el jugador ha tenido tiempo para reflexionar, y se ha dado cuenta de que el Barça de Flick puede ser el trampolín definitivo de su carrera.
Esta vez, nadie podrá reprocharle nada: devolvió su deuda personal al Athletic aguantando un año más y desoyendo los cantos de sirena, y ahora tiene plena legitimidad para abandonar el club de su vida con la cabeza alta y la conciencia tranquila.
El fichaje de Nico Williams ha dejado, pues, de ser un asunto moral para pasar a ser una cuestión meramente técnica. Solo hace falta dilucidar los plazos de la ejecución de la cláusula y el eterno problema del 'fair play', que marcará el calendario de su inscripción.
Dicho esto, el gran enigma del aterrizaje de Nico es deportivo, y debe resolverlo el entrenador blaugrana. Es sabido que Nico Williams tiene una posición muy fijada, tanto en el Athletic como en la selección, de extremo izquierda, totalmente simétrica a la de Lamine por la derecha.
¿Y Raphinha?
Con su llegada, el ataque del Barça entraría en una nueva dimensión porque se convertiría en una auténtica pinza, capaz de presionar las defensas rivales por las dos bandas casi por igual. El dibujo es a priori perfecto... pero queda por resolver un problema fundamental: si viene Nico, ¿en qué posición jugará Raphinha?
El brasileño deslumbró a medio mundo jugando exactamente en el mismo extremo izquierdo que ocuparía Nico, algo que obliga a Flick a resolver unos cuantos dilemas.
El primero tiene que ver con Nico: ¿es planteable que el vasco empiece de suplente y tenga que ganarse el puesto, teniendo en cuenta el gran esfuerzo económico que hará el club? ¿Y tiene sentido ficharle para jugar en una posición diferente a la que ha desarrollado su talento en los últimos años?
El 'efecto dominó'
No parece probable ninguna de las dos opciones. En cambio, es factible que Flick busque la versatilidad de Raphinha, a quien podría desplazar hacia el centro, o bien en una especie de 'falso 9' por detrás de Lewandowski o bien de delantero centro puro.
Es decir, que la llegada de Nico puede tener el efecto de un auténtico dominó, que provoque primero un desplazamiento de Raphinha y, de rebote, una suplencia de Lewandowski y un dibujo a menudo sin un '9' clásico, teniendo en cuenta que habrá que dosificar el futbolista polaco, ya con casi 37 años.
Cierto, habrá lesiones, partidos intrascendentes con rotaciones y la temporada es muy larga, pero se avecinan ajustes profundos en la delantera blaugrana que obligarán a rehacer el dibujo del equipo.
Es ley de vida que un equipo tiene que ir regenerándose, y más en el caso del Barça de Flick, que tras un primer año espectacular, se espera que de el salto definitivo en su segundo año. ¿Cómo encajar Nico Williams y Raphinha sin que ninguno de los dos pierda sus impresionantes prestaciones ni tampoco su estatus?
En una respuesta adecuada a esta pregunta puede estar una de las grandes claves de la ilusionante temporada que ya se empieza a dibujar en el horizonte.
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