Económicamente hablando, mejor callar

Koeman, en una imagen en el Carranza

Koeman, en una imagen en el Carranza / AFP

Albert Sáez

Albert Sáez

Cádiz fue otro Lisboa. Perder de un gol con un equipo recién ascendido a Primera División equivale a que el Bayern te meta ocho goles. Lo del segundo tanto recordó otros momentos drmáticos: Sevilla, Atenas,... Un equipo desconcentrado, que se mueve a fogonazos y ante el cual no saben qué pensar los aficionados. Los martes y los miércoles de Champions no tienen nada que ver con los sábados de La Liga. Y ahora que no hay presidente al que criticar, cuando Koeman impotente no sirve como pararrayos, el desconcierto se ceba en los jugadores.

Andan lo precandidatos enredando con los fichajes arriba y abajo. Uno traería a Neymar y el otro no dejaría que Messi se fuera. Laporta se olvida que ganó gracias al anuncio de un fichaje que no hizo nunca. Y en el entreacto, irrumpe el presidente de la Comisión Gestora, Carles Tusquets y la lía. Hay que recordar que era el presidente de la Comisión Económica. Messi visto por un gestor económico. Casi por un auditor. Y entonces Messi es una parodia de Messi. Estas elecciones serán un desastre, porque lo lógico es hablar solo de economía. Pero si reducimos el fútbol a un simple negocio, que lo es, entonces las reglas son otras. Que no pidan a los socios que paguen el abono cuando no pueden ir al estadio. Que eliminen la posibilidad de ser socio sin tener abono. Que los traten como accionistas, a los que hay que rendir cuentas sin comentar los resultados. Y es que hay muchas cosas que cambian de sentido si le ponemos la coletilla de Tusquets: “económicamente hablando”. Porque económicamente hablando, el Barça es hoy una empresa zombi. Económicamente hablando, alguien debería reendir cuentas de algunos deastres de los últimos años. Económicamente hablando, en lugar del Espai Barça, tendríamos que trasladarnos al estadio Johan Cruyff. Económicamente hablando, sería mejor callarse.