Opinión | Fútbol sala
Dyego, el hijo que todo entrenador querría tener
El brasileño vuelve a Barcelona como la figura del Mundial y dispuesto a seguir liderando en el Barça de Tino Pérez
A sus 35 años, el azulgrana Dyego Henrique Zuffo ha destapado por enésima ocasión el tarro de las esencias en el Mundial de Uzbekistán hasta el punto de liderar a la selección brasileña hasta su sexto entorchado universal y erigirse en el mejor jugador del torneo.
Pocos premios habrá tan merecidos en el mundo del deporte. Desde el día que se calzó las botas por primera vez, el ala diestro es un ejemplo de profesionalidad incluso hasta niveles enfermizos.
"Yo soy un ala de desborde y no me puedo permitir fallar; un profesional tiene que serlo cada día las 24 horas; cuando encaro es un juego de nervios y tienes que tener los cinco sentidos ahí; uno tiene que saber cuándo no ir para cuidar tu cuerpo al máximo", son algunas de las frases geniales que ha regalado en entrevistas con SPORT.
Dyego llegó al Barça en enero de 2014 con Marc Carmona como entrenador y director deportivo. "Le doy las gracias, porque me trajo y me hizo jugador", recuerda sobre el catalán. Con Andreu Plaza dio "un paso adelante definitivo" y también fue "fundamental" para Jesús Velasco.
Tanto, que en cierta medida el Barça no salió airoso de su asalto a la liga por la lesión muscular del brasileño. Su capacidad para encarar una y otra vez, su desequilibrio y su humildad para ponerse siempre al servicio del equipo lo han convertido en una de las estrellas mundiales de la última década.
Con Pito 'tocado' y con Ferrao luchando contra la lógica para anotar un tanto decisivo en la final, Dyego se echó a la 'verdeamarelha' a sus espaldas cuando bajó de nivel el goleador Marcel (ElPozo) con dos golazos y un lanzamiento que entró tras tocar en un rival en 'semis' contra Kazajistán. En la final ante Argentina su trabajo fue decisivo para encumbrar a los de Marquinhos Xavier.
La lógica indicaría que el viernes cuando Dyego se incorpore a los entrenamientos pediría unos días de descanso, pero con la visita del domingo a Murcia para medirse a ElPozo en el estreno liguero, no sería de extrañar que quiera jugar.
El brasileño tiene contrato hasta 2025 y está deseando regresar a Brasil para vivir en una casa de campo con animales, pero a este nivel Jordi Torras insistirá en renovarlo al menos otro año sin olvidar que Lucao ha fichado con Inter por tres temporadas y quedará libre en 2027.
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