Dos fichajes sin sentido

El Barça revolucionó el mercado de invierno (una ventana que, habitualmente, no utiliza) con tres fichajes

Jeison Murillo y Kevin-Prince Boateng, dos de los fichajes del Barça en este mercado de invierno

Jeison Murillo y Kevin-Prince Boateng, dos de los fichajes del Barça en este mercado de invierno / FCB

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

El Barça revolucionó el mercado de invierno (una ventana que, habitualmente, no utiliza) con tres fichajes. Dos de presente (Murillo y Boateng) y uno de futuro (Todibo). Además de avanzar la contratación de la gran estrella del próximo verano: De Jong. La grave lesión de Umtiti (quien, por cierto, sigue en un extraño proceso de recuperación lleno de secretismo) y la marcha de Munir obligaron al club blaugrana a reaccionar. Había dos opciones: apostar por dos canteranos para llenar estas dos posiciones o fichar barato. Se optó, ante las presiones de Valverde, por la segunda vía. Y llegaron dos jugadores experimentados como Murillo y Boateng que debían dar descanso a los titulares (Piqué y Lenglet en defensa y Luis Suárez en la delantera).

Ambas incorporaciones sorprendieron por el nulo ‘nivel Barça’ de los elegidos. Pero la precariedad financiera obligó a buscar la alternativa más asequible. Y, una vez más, se acabó demostrando que lo barato acaba saliendo caro. Porque Murillo y Boateng no han aportado absolutamente nada al equipo. Otra cosa es Todibo, una apuesta de futuro que, de momento, está sorprendiendo con su calidad y puede tener protagonismo más pronto que tarde. Pero lo de Murillo y Boateng no tiene nombre....

DESAPARECIDOS. Murillo ha jugado solo 180 minutos en los 13 partidos que ha disputado el Barça desde su llegada. Participó en los dos encuentros de Copa ante el Levante y, tras ser sancionado por acumulación de tarjetas amarillas, desapareció. Incluso de algunas convocatorias. Más extraño aún es el papel que Valverde le ha reservado hasta ahora a Boateng: llegó, firmó y debutó al cabo de 48 horas en el campo del Sevilla. Solo 63 minutos hasta que fue sustituido por Suárez. A partir de ese momento, ha estado siempre en el banquillo. Está claro que ni Murillo ni Boateng cuentan para el entrenador.

Entonces, ¿por qué se les fichó? ¿Para ser suplentes de suplentes? No tiene ningún sentido haber invertido tres millones de euros en estas dos cesiones. El supuesto ‘rendimiento inmediato’ que justificaba sus incorporaciones no ha existido. Y, una vez más, la política de fichajes del Barça debe ser cuestionada. ¿Para que estuvieran en el banquillo o en la grada, no hubiera sido mejor apostar por dos canteranos? Al menos tendrían ADN blaugrana.